Esta vez no se pudo. Se estuvo cerca, pero el pitazo final de la referee terminó abruptamente con el sueño que muchos teníamos, el cual era volver a levantar la copa de campeonas por segunda vez consecutiva.
Y es que Palestino en el fútbol femenino tiene merecimientos de sobra para ello, ya que junto a Santiago Morning, Colo Colo y ahora la Universidad de Chile son los equipos más poderosos de la liga femenina. Por eso es que la pena es grande de no verlas nuevamente con sus sonrisas flotando en el aire y besando la copa.
También es la pena porque técnicamente hablando, ambos equipos demostraron un nivel táctico y técnico muy parejo, con planteamientos inteligentes por ambos bandos y individualidades que justifican plenamente que ambas hayan jugado la final. Sorpresa entre comillas el equipo de la Universidad de Chile, quien se armó para sacarse la mediocridad en estas lides y ser protagonista. Con un planteamiento de 4-3-3 y con dos mediapuntas de gran velocidad, la U complicó inicialmente al 4-4-2 de Claudio Quintiliani, y aprovechó muy bien los primero minutos para poner en ventaja a los laicos tras un buen desborde por su ala derecha.
Palestino sintió el golpe y pulió su juego de pases directos para sorprender las espaldas del rival, destacando principalmente la banda izquierda con Bárbara Santidades y la Vero Riquelme, quien fue la autora del único gol árabe ya bien entrado el segundo tiempo. Es menester indicar que, tras el 2-0 de la chunchas tras un excelente tiro lejano, Palestino intensificó de manera dramática la presión sobre el arco azul, encerrando a las 11 rivales dentro de su propio arco; pero la efectividad fallaba una y otra vez en los metros finales. No obstante, una muy buena presentación de Gina Bravo, May Hernández y Vero Riquelme.
Pero también da rabia. Y es nuestro deber decir que el trato que tuvo la gente de la ANFP con la barra de Palestino fue denigrante y cobarde desde el portón hacia adentro, revisando hasta los calzones y requisando todo lo que fuese “potencialmente peligroso”, como por ejemplo guirnaldas, pitos y confeti. Y ya comenzando el partido exigieron prepotentemente que la barra sacara el lienzo regalón que llevan a todos lados, amenazando con traer a carabineros; mientras que en la barra azul abundaban los lienzos y petardos… ¿Y usted cree que fueron a decirle algo los guardias y carabineros? acertó querido lector: NADA, ABSOLUTAMENTE NADA HICIERON, MOSTRANDO A TODAS LUCES QUE LA SEGURIDAD DE LA ANFP ESTA FORMADA POR UNA TROPA DE COBARDES MAMELUCOS. Entiendo, comparto y nos hacemos partícipes de todos los descargos de la barra una vez terminado el encuentro; quienes deben entregarnos seguridad se rinden ante el matonaje.
Pero bueno, quedémonos con la suma final y esta solo da números azules. Una campaña espectacular con Janet Salgado, Verónica Riquelme, Bárbara Santibañez, Nicky Sanhueza, Valeria Rojas, Gina Bravo, May Hernández, Kathya Ponce, Nico Gutierrez y tantas otras figuras de curva silueta que semana tras semana nos alegran por noventa minutos.
Por lo menos el consuelo las espera en la Cancha de Los Nogales, donde esta vez la gente los esperará con la mortadela más gruesa para alimentar la revancha; el pan estará esperando tostado con cariño para sentir su cálido crujido de esperanza, y el té tendrá una cucharada más de dulce azúcar, aquel néctar como la gloria que las viste tricolor y rosado, y tal vez soltar una lágrima de vergüenza, de sana vergüenza. No oculten la pena, lloren a rabiar, porque ahí estaremos para abrazarlas y consolarlas, la gente fiel de la barra y la gente de esfuerzo de Los Nogales.