Esta bufanda o pañuelo que hoy
llamamos keffiyeh tiene una historia fascinante que se remonta a sumerios y
babilonios en Mesopotamia. También se conoce como shemagh, hatta, yamegh e
igal. Según se cuenta el profeta Mahoma solía
usar el shemagh. Ponerse el shemagh ha tenido muchos significados y usos
diferentes a lo largo del tiempo y dependiendo de la ubicación como su cultura. El significado simbólico, el color y
el estilo varían de un país a otro e incluso de una región a otra. Por ejemplo,
en Palestina, es muy común ver un keffiyeh usado en protestas y manifestaciones
de solidaridad.
¿Dónde se originó el Keffiyeh?
Hoy es bien sabido que el
keffiyeh es un símbolo de resistencia y solidaridad en los países árabes y en
Palestina en particular. Pero se dice que la historia se remonta a los sumerios
en Mesopotamia (la civilización de sumerios y babilonios en Asia occidental en
3100 a. C.). El yamegh, o shemagh, era usado por los sacerdotes, como símbolo
de alto rango u honor. Estos sacerdotes eran los gobernantes, administraban y
controlaban las tierras donde vivían.
Avanzando en la historia, el
keffiyeh fue adoptado por los campesinos que lo usaban mientras trabajaban en
la tierra para protegerlos del sol y la arena, así como para limpiar sus caras
del sudor y en invierno para protegerlos de la lluvia y el frío.
La popularidad de Keffiyeh en Palestina
Durante el mandato británico,
especialmente durante la revuelta árabe de 1936, los rebeldes palestinos usaron
el keffiyeh para ocultar su identidad y evitar el arresto. Cuando las autoridades
del Mandato Británico prohibieron el keffiyeh, todos los palestinos comenzaron
a usarlo para dificultar la identificación de los rebeldes. Estos eventos
convirtieron el keffiyeh en un símbolo de resistencia en Palestina, que
continúa hasta el día de hoy. Este símbolo se fortaleció enormemente durante la
Primera Intifada en 1987, y nuevamente en la Segunda Intifada en 2000.
El fallecido presidente
palestino, Yasser Arafat, también tuvo un papel influyente al convertir al
keffiyeh en un símbolo eterno de la lucha palestina contra la ocupación,
especialmente en su discursode las naciones unidas en 1974 y solidificandose durante la Primera y Segunda Intifada. Rara
vez aparecería en público sin ponerse su hatta e igal.
Luchando contra la moda y algo más
Sin embargo, en este tiempo, usar
el keffiyeh como se lo conoce comúnmente, está de moda en
Occidente. Los diseñadores de moda rápidamente produjeron imitaciones en masa
en varios colores.
De repente, un motivo cultural
significativo para los palestinos, y para el mundo árabe y la diáspora en
general, se había reducido a una declaración de moda "linda",
"elegante" o "vanguardista”, lo peligroso de eso no es, sin
embargo, que quieran usar el pañuelo por considerarlo un accesorio pintoresco,
lo peligroso es que Israel se ancla del concepto de moda para apropiarse del keffiyeh
y lanzar modelos israelíes, al hacerlo son
conscientes que le quitan el peso identificativo a algo tan propio como lo es
el pañuelo palestino haciendo la ecuación perfecta para borrar el patrimonio
cultural palestino. Para quienes descienden de los palestinos desplazados en
1948, es difícil no ofenderse.
Además, a medida que a los
palestinos en Cisjordania, Gaza y dentro de Israel se les sigue negando la
igualdad de derechos; como algunos políticos israelíes, especialmente en la
Knesset , negando su existencia y en complicidad de que varios medios de
comunicación continúan otorgando una visión de “conflicto” en” igualdad” de
condiciones desvirtuando la real
situación palestina que es una lucha por sobrevivir no solo a la desaparición física
sino que también a la identidad cultural, todas estas situaciones dan una suma de razones suficientes para
que la aceptación del keffiyeh en el contexto de moda no sea una celebración de
una experiencia cultural compartida.
Otro punto que irrita es ver a menudo políticos de diferentes colores que lo usan ya que optan por la
causa palestina para apuntalar sus causas propias, ambiciones o peor aún, sus
egos. Es por ello que defendemos y decimos que la causa palestina y sus símbolos
no tienen comparación y su adhesión a la misma debe ser un compromiso por los derechos humanos básicos de los palestinos, por lo que la causa Palestina hoy debe convertirse en la madre de las causas.
Pd: si leyó el artículo completo,
lo invitamos a que cuando asista a ver a palestino en cualquier cancha del país
lleve su keffiyeh y hágale saber a todos que la solidaridad con
el pueblo palestino está cada fin de semana por 90 minutos extendiendo la
identidad.