El día sábado la casa estaba revolucionada con la llegada de nuestra hija rebelde criada por una tribu amazónica directamente desde la ciudad de los Reyes (Lima para los ignorantes). Por eso no faltó el exquisito pisco Peruano en la mesa, más los picadillos de rigor. Más aún con nuestro querido Tío Bomba teníamos otra razón para reunirnos, ya que después de 14 días el team árabe nos volvía a reunir alrededor de una pantalla para ver el match ante AntofaPasta con las esperanzas de retomar la senda de buenos resultados con un equipo descansado y mentalizado en la parte alta de la tabla.
Después de 90 minutos, hasta encontramos poco sabroso el pisco.
La noche del sábado hemos visto a mi parecer el peor partido que ha jugado Palestino en lo que va del año (y eso que estamos en marzo, caramba!)
Los goles de Antofagasta mas que por mérito de ellos, fueron por errores puntuales de nuestra zaga, un autogol por una gruesa descoordinación entre Riquelme y Nuñez, y una falta totalmente evitable de Javier Capelli sobre Valenzuela, que claramente fue a fabricarse el penal, ya que no llegaba a centrar esa pelota.
El planteamiento de Palestino consideró que contaba con la bajas importantes de Duma, López y Suarez (ataque, mediocampo y defensa). Si bien sabemos que nuestro equipo no destaca principalmente por su riqueza de plantel, la colocación del Bocha Carrasco en su posición de antaño no ayudó a que se pudieran armar jugadas (Tamburini y Rosende estuvieron muy bajos en el primer tiempo), lo cual se transformó en un equipo partido en dos, sin conexión clara del mediocampo y con una delantera huérfana y pobre en sus ocasiones con la pelota. Aún siendo que el chico Latorre fue el autor del único gol, en mis azules queda la impresión de que no está a un nivel de primera división; es decir, nuevamente sacó el palito de "siga participando". Nuestro otro delantero, Renato Ramos, hizo lo que tenía a la mano para poder apoyar al resto del equipo, bajando a la defensa cuando se le requería y aguantando cada escasa pelota que le llegaba.
Así, Antofagasta era el único protagonista del partido durante el primer tiempo, con un Kevin Harbottle que hizo lo que quiso por el flanco derecho palestinista, y ayudado por una linea defensiva bajo el nivel al que nos tiene acostumbrados, destacando que Riquelme tuvo un partido para el olvido.
En el segundo tiempo, el ingreso de Valenzuela por Henríquez rearmó las posiciones originales: con el Bocha retrasado para la primera salida y César tomando la manija de organizador adelantado, la nueva estrategia tuvo su recompensa a los pocos minutos con el empate al minuto 62, y la ventana de la remontada se abría para los pocos hinchas presentes en las gradas del Calvo y Bascuñán, más los miles que seguíamos a la distancia por televisión e internet.
Pero ese espejismo duró poco, Antofagasta replegó sus líneas y por su parte Emiliano Astorga veía con buenos ojos el punto que a esas alturas se conseguía. Por eso que el penal al último minuto del partido duele tanto, aunque no podemos negar que fue un cáliz amargo de justicia para un partido en el que hubo un solo equipo con intenciones de ganar. Para pesar nuestro, no fue Palestino.
Esperemos que esta desafortunada caída sirva de aliciente para nuestros jugadores; se viene una semana dura ante el clásico rival y luego ante Rangers. Solo esperamos que suban el nivel mostrado para mantener viva la ilusión de torneo internacional.