Decepción, esa es la
palabra para describir el sentimiento que dejó el encuentro entre Palestino y
Universidad de Concepción. Decepción porque se dejó escapar una bonita
oportunidad de mantenernos encumbrados en la tabla, decepción por el juego
exhibido por Palestino, el cual el día de hoy fue intranscendente. Palestino se
paró frente al cuadro del campanil hoy con un 3-4-3, con la clara intención de
generar llegadas por las orillas, mantener posesión y arrinconar al rival, por
contraparte la U penquista presentó un 4-3-3, pero orientado más a contener y
aprovechar los espacios. El inicio del encuentro fue auspicioso, Palestino se
instaló en campo rival y dominó al campanil los primeros 25 minutos, de ahí en
más el cuadro árabe fue perdiendo profundidad, no así control de balón, pero
comenzó a sufrir con los pelotazos a las espaldas y fue la U de Conce quienes
comenzaron a generar mayor peligro, contaron con dos llegadas claras, una que
Campos sacó en la línea y otra cuando el primer tiempo terminaba.
Aparecen los
fantasmas.
En la segunda fracción
Palestino lamentablemente mostró su peor cara(sin Valenzuela la poca claridad
se acentuó aún más en la mitad del campo), y en parte esa lamentable
responsabilidad la cargan tres jugadores el día de hoy, en primer lugar
Jonathan Cisterna, simplemente no existió, se supone que Cisternas llegó para
corretear a los rivales, meter algún pase entre líneas…quitar balones…
simplemente nada, Cisternas era el claro cambio
partido, su intrascendencia asesina la propuesta de Guede, que sacas con
mantener dominio de pelota si no generas peligro? en segundo lugar Nicolás
Maturana, ya lo habíamos anticipado, Nicolás es un jugador con mucho talento,
pero peca de jugar mucho para la galería, mucho regate que no sirve ni se
refleja en el resultado. Con su capacidad
se espera que genere fútbol, y sea un vehículo que permita oxigenar las salidas
e hilvanar jugadas con claridad, no perderse en un sinfín de amagues que poco y
nada aportan. En tercer lugar Marcos Riquelme, Marcos es un jugador que corre
mucho y funciona como puntero por las orillas, pero como centro delantero peca
de inocente, es liviano y no representa un peligro real para las zagas rivales
(a menos que el mono Sánchez juegue en cada partido y se mande forros como el
de la semana pasada), con esto Palestino queda muy reducido y su propuesta
ofensiva se convierte nada más que un vaivén de pelotazos que debido a la
debilidad del ataque, solo se puede apelar al error del rival más que a una
viveza de los nuestros.
El penal que selló la
suerte la “segunda selección de Palestina” fue una inocencia de parte de
Campos, Luis Marín ya había ganado la posición, pero Campos derribó al
penquista. Con el 1 a 0 vinieron los cambios que sepultaron cualquier intento
de remontar. Con el ingreso de Guajardo
y la salida de Farías Palestino nunca tuvo claridad, perdió el medio campo,
siendo la U de Concepción quienes se generaron ocasiones más claras (mucho más
claras que las de los tricolores), mientras Palestino se perdía en pelotazos
que chocaban en la defensa del campanil y nunca contamos con una oportunidad
verdadera de empatar el juego, con el resultado ya en el bolsillo, los
penquistas ni siquiera se puede decir que aguantaron el resultado, sino que se
dedicaron a despejar los inocentes intentos baisanos hasta que termino el partido. Quedando la U
de Concepción como escolta de Colo Colo y nosotros con la amargura de que se
pudo conseguir más pero fuimos víctimas de nuestros propios errores, en
definitiva Palestino fue el único responsable de la derrota de hoy, porque
Universidad de Concepción no hizo nada para ganar, simplemente aprovecho la
oferta. Esperando que esta derrota sirva para que Pablo Guede vea que hay
jugadores que no sirven en su esquema y otros que en ciertas posiciones
simplemente no rinden, porque Palestino no está para regalar puntos ni menos es
un laboratorio de experimentos.
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