martes, 29 de agosto de 2017
Curicó 2 - Palestino 1
La derrota este martes por Copa Chile frente al equipo del pueblo que está al norte de Talca resume la situación global de Palestino.
1- Copa Chile, más de lo mismo
La llave con Curicó Unido no nos tiene que llevar a engaños. En un lance en que Curicó fue superior a lo largo de los 90 minutos, Palestino hizo lucir lo que no ha podido hacer en el campeonato, que es ser efectivo con las pocas llegadas que tuvo, en una patriada de Richard Paredes. El empate producto de un tiro libre tal vez fue poco premio a Curicó, pero bien dice el refrán “goles son amores y no buenas razones”. Es por que en los descuentos, Curicó aprovechó la otra máxima que tiene palestino en este semestre, y que su defensa está clavada con Poxipol en el piso y no tienen ninguna movilidad en pelotas claves. Otra desinteligencia, otro error que costó un partido que no supo capitalizar en 90 minutos frente al equipo menos malo de primera A.
Palestino quizo capitalizar el tempranero gol por medio del control del balón y la búsqueda de pelotas al contragolpe (o eso fue lo que quise ver durante el partido). Un negocio que estaba resultando difícil, pero negocio al fin y al cabo, haciendo destacar la figura del guardapalos Salvador en a lo menos 3 ocasiones claras que tuvo el elenco local, pero que reiteramos, no pudo resistir el problema propio del conjunto árabe.
2- ¿Y ahora qué?
Un rompecabezas mal hecho, un dolor de cabeza que no encuentra su dipirona ni en la banca ni en los jugadores. Porque para este semestre, es fácil decir que Palestino se reforzó (salvo Gutierrez, Gonzalez y Salvador) con lo que sobraba en los estantes del supermercado, con los productos con fallas o los devueltos, llámese Arario, Pino o Poncet. La elección de los “refuerzos” fue con muy mal ojo, tanto del DT (Díaz y Pino fueron jugadores suyos en Valdivia, tal vez bien para segunda o primera B, pero no para la división mayor) como por los dirigentes. A eso se suma un planteamiento táctico que desnuda inocencia sobretodo en las jugadas con balón detenido y poca visión con sus recursos para poder controlar un encuentro. Esto se ha repetido desde el primer partido con Audax, y tapado con San Pájaro frente al mismo Curicó y Colo Colo (que es el partido en que todos quieren lucir)
Tomando esto último, ¿acaso es que los jugadores necesitan motivación para poder jugar bien? ¿Cavalieri necesita los flashes encima para plantear un esquema adecuado? El solo hecho de que sea fútbol profesional sea razón suficiente para hacer un buen trabajo, pero Palestino es más que eso. Tal vez no tengamos una barra masiva, tal vez el estadio sea el más feo de la competencia, pero tenemos fuego interior, tenemos resilencia, con pocos tenemos más pasión que muchos otros clubes; porque se ha hecho frente a muchas vicisitudes, a muchos dirigentes mediocres, a la espalda de gran parte de la comunidad árabe, y aún estamos ahí, nos doblamos como el junco pero seguimos en pie. Y está claro que de fútbol falta mucho, pero no se debe perder la garra; y si no lo entienden así mejor cerramos la puerta, cobren sus cheques y nos vemos en la B.
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