Más que un saludo, reconocimiento a la identidad.
Siempre se han esforzado por silenciar la causa Palestina, hablar de lo que representa palestino parece ser un tabú para la mayoría de los medios de comunicación. El emotivo mensaje que dejó Talleres de Córdoba una vez consumada su derrota responde a un acto que trasciende la deportividad o caballerosidad, más bien responde a reconocer que el club deportivo palestino suscita un fenómeno que tiene que ver con el mover ideas y la más importante el otorgar identidad. Justamente a eso es lo que se suma Talleres, reconocer que Palestina existe, reconocer que la identidad Palestina existe. Ahí radica la verdadera motivación del mensaje, reconocer el derecho a existir y aunque el partido se disputó muy lejos de Palestina, aquí en Latinoamérica no se puede olvidar todo el sufrimiento y las injusticias que se han visto en la tierra de los olivos. Por eso es que cada hincha que llevó y llevará una bandera Palestina, cada jugador que hizo posible que hoy se hable de un “heroico equipo palestino” con todas las lecturas que aquella frase encierra es porque se está pensando en Palestina, en especial Gaza que han vivido tres masacres disfrazadas de “guerra” (lo que ocurre en Palestina ni por asomo puede llamarse guerra) en la última década y están bajo la amenaza constante de la próxima.
Es por todo lo descrito que el mensaje de parte del plantel de Talleres de Córdoba nos da una inyección de convicción, pues también sumado a toda su lealtad moral se presentaron como un duro rival que nos respetó en cancha poniendo todo de sí y obligar a nuestros jugadores a entregar el máximo esfuerzo por estar otra vez codeándose con la elite del fútbol sudamericano.
Talleres obligó a Palestino a demostrar que es un digno competidor del prestigioso torneo, porque como una ironía del destino para palestino también puede ser la última presentación internacional, ya que sabemos que para clubes como el nuestro bailar con la adversidad es nuestra realidad más próxima, lo cual hace que sea incierto vaticinar una próxima incursión internacional, pero por cierto nos hace disfrutar el doble momentos como el actual.
Lo inmediato es que una vez más palestino llevará la bandera Palestina y su causa por toda Sudamérica, una vez más le dirá al mundo que Palestina no se olvida, que jugar con estos colores como armadura es dignificar a quienes no tienen voz, otorgándoles con ello algunos fragmentos de esperanza que confirman el ideal de continuar reconociendo a palestino como embajador del anhelado estado palestino.
Como bien lo dijo la buena gente de Talleres “que el fútbol una fronteras”. Que convierta al rival derrotado en un amigo. Gracias a gestos como ese es que enaltece lo que significa palestino y nos hace estar más convencidos que nunca que nuestro camino es el correcto. VIVA PALESTINA LIBRE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario