lunes, 10 de febrero de 2020

Unión española 1 - Palestino 1



"¡Pero que sorpresa verlo por acá don Mojo! ¿Que te habías hecho por tanto tiempo amigo mío? Exclama don Yeto Morales quien, junto a don Rulo y Narizota Pereira los esperaban en la tribuna norte, aperados cada uno con un pernil y un café.

Con la mirada cansina y su gabardina gris de siempre, Mojito R. Corgan se acercó al asiento de tribuna que le tenían deparado sus amigos de infancia en Santa Laura. Sus ojos cafés y caídos empezaron a brillar ante la mirada de sus viejos amigos, como no lo hacían desde hace ya mucho tiempo. Tantos años y tantos recuerdos de aquellos inocentes años cuando jugaban a la pelota en aquel callejón de La Cisterna cada noche de verano. Ya sea con calor o bajo las suaves lluvias de antaño, los gritos de aquellos chiquillos despertaban furiosos a los vecinos que pedían dormir en paz. Ahora las canas, las arrugas y los fracasos llenaban a aquel grupo que, si bien poseen distintas opiniones, colores e historias, se dan una pausa en sus vidas para sentarse, conversar, discutir, gritar y disfrutar cada uno por el club de sus amores. 

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Palestino enfrentaba a Unión Española con equipo alternativo para afrontar de la mejor manera el duelo de vuelta contra cerro largo de Uruguay. La ausencia que más se sintió fue la de Agustín Farías, pues el medio campo de palestino no tuvo quite, Unión comenzó dominando el partido desde el primer minuto, aunque ese dominio era en gran parte a las imprecisiones de los tricolores que facilitaban las cosas para los “rojos”, por lo que la sensación era que en cualquier momento los hispanos anotarían y solo había sido impedido por la mala puntería sumado a buenas contenciones de Cristián Guerra que se mostró bastante seguro; sin embargo a los 25 minutos de juego Bryan Carrasco pisa el área de unión por primera vez, elude dos rivales y se despacha un golazo para abrir la cuenta, poniendo hasta ese minuto una impensada ventaja.

La Unión sintió el golpe ya que luego del gol fue palestino el que comenzó a verse mejor en el campo de juego, ordenando sus marcas lo que hizo que Unión Española se desesperara al punto de incurrir en el juego brusco que llevo a la expulsión de Victor Mendes al final del primer tiempo, situación que aumentaba las expectativas de cara al segundo tiempo.

En la segunda mitad los locales entraron con toda la intención de empatar el juego, mientras que Palestino la buena imagen que dejó los últimos 15 minutos del primer del tiempo parecía ser un espejismo. Unión Española se fue con todo en busca del empate y el lado que custodiaba Vicente Fernández fue el preferido, pues en muchas ocasiones fue superado, siendo los centrales en especial Lucas Acevedo de muy buen cometido quienes repelían los ataques de Unión, sumado a buenos cortes de Cristián Guerra mantenían en ventaja a los “árabes”.  Palestino por su parte solo se acercaba a través de algún tiro de esquina  aprovechando la altura de Acevedo o que Benegas cazara algún rebote, cosa que hizo pero su gol fue anulado por posición adelantada.

Hasta que a los 79 minutos nuevamente un centro por el sector izquierdo que esta vez la defensa fue incapaz de rechazar le quedó a Misael Dávila que con un potente remate venció la resistencia de Guerra poniendo el empate. 

Palestino se vio sin reacción ante un equipo con 10 hombres, siendo los de Santa Laura los que intentarían con mayor ahínco lograr la ventaja, mientras Palestino se veía confundido e incapaz de conectar dos pases seguidos por lo que el termino de partido fue un alivio, que al menos sirvió para no perder el cotejo que a todas luces asomaba favorable.

Muchos dirán que Palestino “está cansado”, que presentó un equipo “alternativo”, ok, de acuerdo, sin embargo lo mínimo que se pide es que den dos pases seguidos y esbocen al menos una idea de juego, pero lo que deja en el aire es de preocupación porque que ¿Qué pasa si palestino clasifica a fase de grupos? Recordemos  que cada torneo no es igual y no siempre nos sonreirá la suerte. 

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Aquel callejón en La Cisterna aún permanece en su lugar, algunos edificios se han erguido cerca de él, hay más bulla a la distancia, pero también más soledad; los padres de hoy (los antiguos niños que jugaban en el callejón) prefieren que sus hijos estén con sus consolas antes que salir a la calle a correr tras una pelota. La oscuridad en el barrio fue reclamada por la inseguridad hace muchos años. Y porque no decirlo, cada uno ya no se preocupa por el vecino en estos años.
La meditación de antaño de Mojito R. Corgan se ve interrumpida por la pregunta de don Rulo a su amigo. "Mojo, no puedo evitar preguntar que opinas de lo que pasa hoy, ¿tienes algo que decir?"

"Evidentemente amigo mío" responde Corgan. "Sin duda que tengo una opinión al respecto, algún día tenía que pasar esto después de tanta soberbia e individualismo, pecamos de inocentes muchos; pero no debemos olvidar una máxima: tenemos el sistema que dejamos que fuera, todos sin excepción, ya sea por ignorancia, inocencia, ambición, indeferencia u omisión. Se está dando una oportunidad de cambio y la pregunta vital es que si seguiremos siendo inocentes".

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