No hay caso con este Palestino Post-Cuarentena. Ha pasado a ser el equipo con peor rendimiento desde la vuelta del fútbol, y esto se refleja que en estos momentos se encuentra a 5 puntos del colista, con riesgo de estar a 4 si Colo Colo gana su partido de la fecha.
Si la serie con La Serena - Colo Colo hubiese sido la liguilla por el descenso, en estos momentos estaríamos en la B, así de simple. Pero trataremos de desmenuzar al enfermo antes de que se convierta en cadáver.
1- ... Y no era el DT
La salida de Basay en su momento dijimos que olía a cama por parte de los jugadores. Llegó el Coto Sierra y de inmediato se hizo la poda de los uruguayos, partiendo con Cacerolo Felipe (por lo menos dará alimento de conversación a los hinchas por mucho tiempo), quizás el revival de jugador más fiel a la época de los 90. Pero no fue suficiente (?!).
El match contra La Serena partió auspicioso para los árabes en los primeros minutos: control del balón, llegadas profundas y el arquero papayero como protagonista. Pero faltó que le hayan agarrado la mano a Villanueva los marcadores visitantes y que empezaran a aprovechar sus minutos con el balón La Serena para que las piernas empezaran a temblar en defensa, con un arquero como Lanzillota que pareciera que era lo único que estaba a mano en el plantel, porque a cada llegada de los granates daba menos y menos seguridad. Afortunadamente Palestino pudo ponerse en ventaja tras buen juego de pelota parada para que un defensa como Sanhueza la metiera adentro, reflejo de que una vez más, los delanteros tienen poco peso específico. Al respecto, el DT tetracolor, en un intento de darle calidad al ataque, puso a Jimenez de delantero, y si bien no resultó la apuesta, puso mucho más talento que Benegas y Carrasco juntos (nuevamente la hinchada se preguntó por enésima vez si jugó el velociraptor).
Así, a medida que pasaban los minutos vimos como César Cortés, en vez de armar las jugadas, se marcaba solo, Soto, Fernández y Carrasco daban una cátedra de como no tirar centros, y la defensa solo deseaba que pasaran los minutos y que un meteorito cayera sobre Humberto Suazo, para partirlo en mil pedazos en el campo de juego. El resultado de esto fue una baja presentación una vez más del baisano, una sonrisa de oreja a oreja del Chupete y otra sonrisa burlona del Pájaro Valdés. Y pudieron ser más de tres goles, si no es por la ayuda del réferi del encuentro, que se retractó de cobrar un penal al final del partido.
2- ¿Y cómo se arregla esto?
Lo primero que debemos hacer es identificar las variables que resultan en el mal momento. Se supone que los "malos elementos" ya se fueron, de modo que el resto pasa a ser de utilidad.
Partamos por el arco: Lanzillota no da para arquero titular, Cristián Guerra ha demostrado que cuando juega, es mucho mejor. No hay doble lectura.
Si se tiene un arquero que grite y ordene la defensa, esta debería jugar un poco más ordenada. En estos momentos Acevedo es lo mejor que tenemos y no hay más (hasta que vuelva Guerrero). Por otro lado, Guillermo Soto debe bajarse del pedestal por ser nominado a la selección y empezar a mostrar las virtudes que tiene.
El mediocampo, sector que por la cantidad de jugadores debiese ser el más fuerte, es el que no está funcionando toda vez que prácticamente dejan que Villanueva arme todo el equipo (y antes esto recaía en Jiménez). Mi apreciación es que en esta zona tenemos muchos generales y pocos soldados.
El ataque es otra zona que está muy mal psicológicamente y tirada al sacrificio con la estrategia que se plantea partido a partido. Está bien que Benegas baje a ayudar en la creación, pero esto lleva a que no esté donde realmente se le necesita. El usar dos puntas con jugadores como Carrasco y Campos López ha demostrado que no tienen la competencia, el único que podría salvar es Benítez; de modo que si se quiere llegar con profundidad teniendo en mediocampo que se tiene, el planteamiento va en que los mediocampistas lleguen al área en volumen, intenten disparar en vez de buscar al delantero, y que Benegas merodee el área con el olfato que debiera tener aún.
Se supone que llega Anselmo con la esperanza que mejorar el ataque, pero lo mismo se dijo que con Villanueva iba a mejorar el equipo, y ya vemos los resultados; que con la partida de Florencio Felipe la defensa iba a mejorar, y bueno...
Acá se ve que el plantel está quebrado, no creen en si mismos como equipo y con ello dejan que la responsabilidad pase por uno o dos jugadores. Acá hay dos líderes bien marcados, que son Farías y Jiménez, y ellos son los primeros encargados de unificar el plantel y de identificar quienes reman para el mismo lado (no nos pongamos exquisitos con la calidad del resto). Esto ya no se gana solo con talento, sino que con garra y una columna vertebral que ordene, grite e inspire confianza. Por otro lado, el DT debe demostrar que es un elemento aglutinador y motivador y no un mero espectador como lo ha sido sus tres primeros partidos.
3- Y la pelea es por abajo
Por último, el equipo y la hinchada en general deben dejar de hablar a cuantos puntos estamos de los grupos de copas, en estos momentos estamos en zona de descenso y el objetivo es no descender. Ahora en adelante cada partido es una final, da lo mismo si jugamos contra Coquimbo o La Católica, en estas instancias todos están en mejor posición y hay que revertir esta situación. Palestino ha mostrado en las buenas y en las malas que cuando hay que poner garra, tiene de sobra, y esta no debe ser la excepción.