Aeropuerto de Gheddi Jagan al sur de Georgetown, Guyana. Con el pasaje en mano, nuestro protagonista Mojito R. Corgan se dirige al salón vip para esperar su vuelo a Chile y, con suerte, tomar un par de tragos antes de abordar.
Entrando al salón pregunta si en la televisión pueden sintonizar TNT sports, a la espera de ver el duelo entre Coquimbo y Palestino, a lo que la anfitriona accedió amablemente. Se sienta al lado de una persona de guayabera que ni en talla XXL ocultaba su obesidad y, por coincidencia también era chileno. "Que bien, veremos futbol chileno exclama" mientras tomaba una piña colada; de modo que ambos empiezan a ver el partido y empiezan a conversar.
"Bien, y ¿quién entrena a Coquimbo ahora? Pregunta Mojo. "Patricio Graff" le responde el señor mientras engullía un sandwich de ave mayo. Al escuchar ese nombre, a Mojo se le escapa una leve sonrisa. "Ese no le ha ganado a nadie" piensa.
Y mientras sigue viendo la pantalla, una calva le resulta familiar en Coquimbo Unido. Mojo vuelve a preguntar: "¿Y ese jugador, el defensa, quien es?". Mientras termina de engullir el emparedado, el vecino responde "Ese es Berardo".
Mojo no cabe de la satisfacción al saber que el paquete de entrenador y el paquete de jugador estaban en el equipo rival y suelta la siguiente frase "Esto es pan comido".
Y mientras corrían los minutos disfrutaba del juego y de una copa de vino. Pero luego vino la expulsión de Villanueva y el descuento pirata, y a Mojito R. Corgan se le empieza a achicar el ojo derecho. Lo que parecía un trámite lo empieza a poner nervioso. Luego del empate, la úlcera le empieza a molestar, y después de que el mago malograse el penal, con la cara descompuesta mira hacia el lado y ve que la persona aledaña tenía sus pupilas dilatadas, la boca llena de bodadillos y mientras botaba migajas por la boca exclamaba "¡Vamos Coquimbo, que podemos ganar a estos turcos!". En ese momento Mojo deliberaba que tenía que hacer: si ahorcar al obeso o directamente mandarle un golpe en la cara, cuando por los altavoces anunciaban el embarque de su vuelo por la puerta 11.
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Si algo caracteriza al palestino versión Gustavo Costas es su buen desplazamiento en la cancha, marcaje y criterio en cuanto al toque de balón. Virtudes que se hicieron presente hoy en el estadio Sanchez Rumoroso de Coquimbo. Un juego en el que palestino dominaba en base a su buena distribución por el campo de juego lo que permitía recuperaciones rápidas de balón.
A los 25 minutos vino la apertura de la cuenta con impecable cabezazo de Agustín Farías y ponía el 1 a 0. Luego del gol palestino creció aun más en la cancha y 10 minutos después el turno de anotar fue de Carlos Villanueva el que pondría una cómoda ventaja para palestino después de un excelente remate a la entrada del área. Palestino continuaba destruyendo los avances coquimbanos y generándose mejores ocasiones para ampliar el marcador y así concluía la primera etapa.
Al inicio del segundo tiempo Carlos Villanueva sería expulsado por doble amonestación (se había ganado amarilla en el primer tiempo) y eso cambió el rumbo del partido, que pasó a ser de un encuentro totalmente controlado por el conjunto “árabe” a uno complejo por fantasmas propios, porque sin desmerecer al conjunto “pirata”, lo cierto es que si palestino no se sabotea pocas opciones se le veían a Coquimbo de emparejar el encuentro y después de esa expulsión al cobrar la falta vino el descuento pirata. Palestino con uno menos y más una pieza fundamental como Carlos Villanueva perdió el medio campo dejando el protagonismo a un Coquimbo que vio una oportunidad intentando aproximarse con mayor peligro al arco defendido por Daniel Sappa, sin embargo, a pesar de la inferioridad numérica y la entrega obligada del medio campo, los embates amarillos eran bien contenidos por una ordenada zaga palestinista hasta que llegó el minuto fatal. Corrían ya 81 minutos del segundo y Brayan Vejar se fue por su banda remató desviado. El esfuerzo del palestinista le costó una lesión por lo que solicitó cambio, un cambio urgente ya que palestino estaba con 9 hombres en cancha, la pelota salió dos veces del campo y el árbitro del encuentro Felipe González nunca dio la orden de ingreso lo que permitió que Coquimbo sacara rápido y en la confusión entre si era legal o no Cesar Huanca aprovechó el momento para decretar el 2 a 2. Con ello dejando en evidencia que la mediocridad arbitral que impera en el fútbol chileno perjudica a uno u otro, en este caso el turno fue de palestino que tuvo que sufrir en carne propia el descriterio del arbitro y Coquimbo aprovecharlo. Era el 2 a 2 que castigaba a palestino tanto por sus propios errores como lo fue el quedar con uno menos como la mediocridad arbitral.
Pero aun quedaba algo más, cuando el partido terminaba después de una buena jugada de Jonathan Benítez, da un pase hacia el medio del área pirata y un defensa derriba al palestinista que definió apurado por la falta. Penal y el encargado para ejecutarla: Luis “mago” Jiménez, pero su cobro salió desviado, una pena para un emblema de palestino y que tuvo la oportunidad de convertirse en héroe más en esta ocasión no pudo. Así con todos los infortunios, errores y horrores arbitrales terminó el encuentro 2 a 2.
En resumen, lo que se ve de palestino es un equipo que exhibe buen ordenamiento táctico, pero como hemos precisado debe controlar sus propios errores y evitar el caer en el juego brusco innecesario, porque hoy palestino jugó contra si mismo, Coquimbo solo aprovecho la circunstancia de llevarse un 1 punto en un partido en el que era superado.