Lamentablemente por razones del día de la madre no pude ir al teatro de los sueños a ver el match entre Palestino y Cobresal. No obstante, mi espíritu estaba en las graderías, esas mismas que respondieron hoy con la gente esperanzada.
La idea era clara: Palestino no debía ni dejar respirar a Cobresal, ganar por más de dos goles de diferencia y evitar los contraataques de la visita. La duda era si Tino Tino podía ser capaz de mantener esta performance agresiva durante los 90 minutos.
1º acto: la esperanza.
Pueden que muchos digan lo contrario, pero el equipo demostró muchas más recuperaciones, llegadas por arriba, pases al jugador y remates al arco que durante todo el campeonato. El negro lopez se atrevió mucho mas al arco, sin resultados y a veces teniendo a compañeros en mejor posición. Su ímpetu le jugó una mala pasada a los 35 minutos por una falta imperdonable, generando su expulsión. Lamentablemente Joao Ortíz ni se apareció en la cancha (bien anulado por Jerez y Farías). Esto se suplía por la incombustible presencia de Ramos y las entradas de Valenzuela y Duma.
Por su lado Cobresal era un equipo amarrado y débil, con acciones esporádicas y salvo el ataque de Ever Cantero a los 25 minutos, sin riesgo. Ahí, la defensa comandada por Riquelme puso candado al hemisferio norte.
Y así, con la muerte cercana del primer tiempo, el grito de gol ahogado sale a la luz como una madre en parto, y Carvajal anota el 1-0. con eso cierra el mejor primer tiempo visto durante toda mi vida en La Cisterna.
2º acto: La ilusión y la amargura.
Sin cambios en los equipos, Cobresal se vino con todo desde el inicio. Pero a los 4 minutos, viene el milagro del penal: entra Valenzuela a pelear una pelota en el área y la falta obtiene la pena máxima. Duma al frente y ..... se lo pierde, demostrando una vez mas que arruga en los momentos importantes y que su partida a la U se agradece.
Si no se había aprendido la lección con la expulsión de López en el primer tiempo, Renato Ramos lo dejó en claro cuando deja a nuestro equipo con 9 hombres. De ahí en adelante, sólo teníamos a Valenzuela para generar resquicios de buen fútbol; y esto afortunadamente apareció cundo al minuto 58, luego de una excelente jugada personal, este dio el pase para que la imponente figura de Riquelme (que ya merecía su gol en el 1º tiempo) apareciera y derrotara al arquero de Cobresal para el 2-0.
De ahí, toda la hinchada tetracolor sintió que se podía, que los 30 minutos que faltaban eran suficiente para alcanzar el sueño internacional.
Pero en la cancha también existía Cobresal. Luego de un par de cambios que fueron efectivos para la visita, Felipe Salinas hace callar a La Cisterna con el 2-1. Sólo el susurro de la hinchada visitante fue suficiente para apagar poco a poco las velas de la esperanza árabe.
3º acto: La resignación.
De ahí en adelante, el partido fue trabado, con acciones de ataque por ambos equipos, pero sin la profundidad de los minutos anteriores.
Y si bien teníamos jugadores que estaban entregando su alma en la cancha como César Valenzuela, Riquelme, Duma y Ortiz, Emiliano Astorga pone la guinda de la Torta y saca a los 2 primeros por un mediocampista y un defensa, en tal vez la decisión menos acertada del DT, ya que lo que se necesitaba e equipo era peso ofensivo porque de nada servía el 2-1 y no había nada que perder.
Los últimos minutos del partido fueron de una impotencia general, con un Palestino perdido en la cancha, sin ideas ni peso; y por el otro lado un Cobresal que ganaba confianza y que no hubiese extrañado que emparejaba el marcador.
4º acto: El Balance.
Si bien el estar tan cerca de una copa internacional deja la boca amarga después del pitado final, no podemos negar que el equipo entero se entregó en la cancha desde el primer minuto. Lamentablemente el ímpetu conllevó al descontrol a las 2 principales figuras de Palestino, pero el resto de los jugadores (todos, sin excepción) deben sentirse orgullosos de lo mostrado.
En esta oportunidad, las glorias fueron para Cobresal, un equipo que merecidamente corta su sequía de más de 25 años y podrá participar este año de la copa Sudamericana.
Para nosotros, queda la boca amarga como dije antes; pero los tragos amargos se pasan en este caso con fútbol dulce. Se viene un nuevo campeonato y la Copa Chile, y a este humilde hincha de cartón le queda la convicción de que con este grupo podemos luchar nuevamente por un protagonismo que no tuvimos hace muchos años, un protagonismo que siempre debiésemos tener. Ahora la palabra la tienen los dirigentes primero con la definición de un nuevo DT que sea de calidad y enriqueciendo técnicamente a un plantel joven y con proyección.
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