¿Cómo comenzar estas palabras sin poder dejar a un lado tantos sueños, tantas esperanzas, tantas decepciones, tanto sufrimiento, tanta resistencia a través de los años?
Revisando en la tarde con el Tio Bomba una colección de revistas Don Balón entre los años 94-98, en el que nuestro equipo vivía en la mitad de la tabla para abajo, escarbando entre las páginas las contadas citas que se hacían hacia nuestro club; esto es un total contraste con lo que vivimos hoy: Después de tantos años, con la piel curtida por el implacable sol que domingo a domingo se forjó sentado en el concreto de la galería Andes, podemos gritar y decir a los cuatro vientos “Somos América, somos Palestina, somos tricolores”.
El súper Tino llegaba a este cotejo con una ventaja de 2 goles obtenidos a mitad de semana en el sur; no obstante, al frente tenía a Huachipato que, con sangre en la herida, se vino con todo a revertir el marcador global. Ello conllevó que los primeros minutos fuesen de mucho ritmo en el mediocampo, con ocasiones para ambos elencos. Es por ello que la jugada de balón detenido en el minuto 20 fuese muy bien aprovechada por Alejandro Márquez para mandar un disparo letal desde la entrada del área y decretar el 1-0 parcial a favor de los árabes, con lo cual empezó a desnivelar el cotejo del partido hacia la portería de la usina.
Ya en el segundo tiempo, aparece en toda su magnitud la figura de un gladiador del área, Germán Lanaro, quien ya cansado de estar bloqueando las arremetidas acereras, decide vestirse de delantero y, teniendo a merced todo el arco sur del estadio, hace estallar a la afición árabe decretando el 2-0 al minuto 50. Y por si esto fuera poco, luego de un tiro de esquina perfectamente ejecutado, Germán mete un testaso para batir nuevamente la portería de Huachipato y sellar un contundente 3-0, coronando un semestre destacadísimo del defensa central.
¿Puntos bajos en Palestino? cuesta encontrar, quizás me atrevo a decir que no hubo puntos bajos; Darío Melo nuevamente supo defender su arco con un par de atajadas muy buenas y así ahogar el grito de gol sureño, en defensa también se destaca la labor del Jano Contreras, quien en la suma final se impuso ante los delanteros visitantes, Jason Silva ha demostrado un crecimiento profesional e identificación con la camiseta que se aplaude desde la gradería, el chico Valenzuela fue un constante dolor de cabeza por el costado izquierdo, Renato Ramos siempre fue a la pelea y se quedó con el sabor amargo de no poder anotar, Leo Valencia una vez más fue un factor de peligro constante en las pelotas detenidas, Marcos Riquelme entró en el complemento con una serie de robos de pelota y arranques ganados en los mano a mano, Diego Torres no desentonó en su ingreso, Diego rosende peleó cada pelota en el quite del mediocampo… en fin, podría hablar de cada uno de los jugadores y solo irán buenas críticas en la faena realizada hoy.
Ahora, con una clasificación internacional en el bolsillo, se viene Santiago Wanderers, quien a duras penas pudo clasificar ante los hispanos. No por ello será un escollo fácil de sortear, pero el equipo de Guede nos ha demostrado este semestre que podemos luchar por algo más; los chicos tienen hambre y darán todo lo que tienen el miércoles y el domingo en la cancha. Independiente del resultado final del ambos encuentros, toda la hinchada tretacolor volcará su aliento de apoyo a un equipo que, después de 35 años, ha escrito una alegre página en la historia de este humilde equipo de pasado glorioso y futuro prometedor.
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