domingo, 11 de octubre de 2015

En La Cisterna (mi primera vez)



Soy de aquellos hinchas de Palestino cuya herencia viene por sangre, pero por cosas del destino  he podido ver sus encuentros mucho más de visita que de local, ya que la mayor parte de mi vida la he vivido en regiones.  Cuando era un niño y viviendo en Concepción, mientras muchos de mis compañeros soñaban con conocer los estadios de los equipos populares, yo soñaba con conocer el estadio La Cisterna, sueño que era motivo de burla, no obstante poco me importaba, Palestino siempre ha sido y seguirá siendo nuestro mejor legado como comunidad, pensamiento que se mantiene intacto e incluso reforzado por los acontecimientos recientes (como la inclusión del mapa del territorio Palestino). Si bien pude ver Partidos de Palestino en Santiago, estos nunca fueron en La Cisterna, por lo que sentía que tenía una deuda como hincha.

El año 1998 finalmente sucedería mi ansiado sueño y para mi alegría fui testigo de uno de los partidos emblemáticos del club, el por qué digo esto es porque los años 90 fueron de los años más oscuros del club y aquel 1998 no era una excepción, luego de caer por 5 goles a 1 vs Rangers en Talca (partido que presencie), Palestino quedó en una mala posición en la tabla, por lo que el siguiente partido debía ganar si o si, para no tener que lidiar con el fantasma del descenso. El rival en la fecha 26 era Santiago Wanderers, que si bien había cumplido una irregular campaña que los tenía en la misma posición que nosotros, en la fecha 25 había conseguido un notable empate a 3 goles vs la Universidad de Chile, Entonces Palestino venía en baja mientras los porteños estaban experimentando un alza, hecho que motivó una campaña del tipo “salvemos a wanderers”,organizaron una caravana del triunfo confiados en obtener una victoria en la Cisterna. Por mi parte veía con algo de desazón que en los medios de comunicación solo hablaban de lo importante que era Wanderers y Valparaíso como plaza en la primera división chilena, en ningún momento dijeron que se enfrentarían con otro club tradicional del fútbol nacional, sino que Palestino pasó a ser una especie de “villano” a vencer para que la gente del puerto celebrara a sus “héroes” en una remontada épica. Yo por esos años con  15 primaveras, vi algo de esperanza cuando en un pequeño lugar del diario leí que después de esa caída con Rangers, Juan Carlos Carotti (uno de los peores experimentos que ha hecho Palestino) había sido cesado como D.T y en su lugar regresaba Drabroswki, esta situación renovó mis esperanzas de que en algo podíamos mejorar, ya que el “polaco” había estado antes en el año 93, teniendo una campaña decente que nos permitió pasar el año sin tener que disputar liguillas de promoción y cosas por el estilo. 

El 14 de Noviembre del año 1998 llegó de visita un primo del sur (hincha de Palestino como yo y la mayoría de mi familia), era un Viernes, luego de conversar animadamente sobre nuestras posibilidades contra Santiago Wanderers, me planteó la idea de ir a ver el partido, por lo que  decidimos partir al otro día temprano rumbo a Santiago  en la mañana. El 15 de Noviembre emprendimos camino rumbo a la cisterna, al llegar mi impresión fue mucha al ver que estaba lleno de gente de Santiago Wanderers, pero mi emoción de por fin conocer la Cisterna, de al fin ver más gente (mucho más que cuando va a regiones) con la camiseta y esperando lo mismo que yo: un triunfo del tino. Nos ubicamos bajo marquesina y lo primero que noté fue que Palestino entro con el orgullo herido, mientras yo anhelaba que mi primera vez en la Cisterna fuese especial y vaya que lo fue, como señalé Palestino estaba subestimado por la prensa, el rival y todos, sin embargo con lo que no contaron es que Palestino también tiene mística, tiene en sus espaldas ser el único equipo en el mundo que protege la identidad Palestina y lo hicieron notar, Palestino hizo el mejor partido de aquel año, llegaba por todos lados y pude atestiguar un contundente 6 a 2, pareció que el equipo se empapó de todo el aguante de la nación Árabe. La gente de Wanderers estaba en silencio, mientras el grito de “PALESTINO, PALESTINO” se multiplicaba, la diferencia es que está vez era parte del coro y no un simple escucha de radio o espectador de tv.

Los goles de Palestino aquella tarde, fueron obra de el “choro” Héctor Robles en dos ocasiones y Castillo, Corrales, Neira, Acosta para sellar una tarde mágica, permitiéndonos a todos nosotros celebrar y dejó una enseñanza a todos aquellos que querían que Palestino se hundiera por “no tener gente”, lo cierto es que Palestino tiene una hinchada bastante particular, es familiar, con un sentido crítico social y por sobre todo muy pasional, pero jamás violenta, puntos que se deben destacar en vez de denostar.

Aquel triunfo de nuestro tino tino, marcó el inició del repunte y terminamos aquel torneo en la décima posición con 36 puntos. El año 1998 fue doblemente especial para mí, pude ver por primera vez a la selección en un mundial y a Palestino en La Cisterna goleando como local en un momento muy adverso. Aquel partido siempre guardará un lugar muy especial en mis recuerdos tricolores(o tetracolores).

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