Aquel gallardete tetracolor que viste a la dama desnuda y etéra de brisa cisternina hoy flameó con más energía en la calurosa tarde santiagina con justa razón. Y es que el triunfo de Palestino sobre la Universidad de Concepción tal vez fue exagerado en lo que respecta a la diferencia, pero merecido y con medallas.
Al frente la Universidad de Concepción no encontraba el rumbo tras sus dos partidos con un triunfo y una derrota. Se esperaba un equipo que aún siente las piernas cansinas del final de la temporada pasada, más resultó ser un once puesto en la cancha bien estructurado, recuperado físicamente y con un estilo de juego en el que el orden defensivo comandado por el Tigre Muñoz, el pressing y el ataque por las bandas parece ser el sello de Ronald Fuentes. Hubo instancias del lance en que el esquema táctico de la visita daba bueno frutos y en a lo menos 6 veces hizo tambalear la línea defensiva palestinista, amparados en deficientes salidas árabes principalmente en el primer tiempo.
Por el lado de Palestino, Nicolás Córdova planteó un equipo equilibrado con un Johnatan Zacarías de ida y vuelta por el flanco izquierdo. Y es que destacamos en primer lugar al argentino ya que fue la bisagra de acompañamiento a César Cortés (cuyo toque y visión volvió a ser al que nos tenía acostumbrados). El apoyo de Zacarías alivianó la faena de César Cortés, con el pase fresco y preciso, que permitió en los momentos claves doblegar a los Estudiantiles. Luis Marín recuperó la confianza en cuanto al despeje respecto a su último partido frente a Unión Española. En las instancias en que fue requerido, el hombre que viste de fuego resultó ser una garantía incorrompible para el tridente ofensivo de Manríquez, Reynero, Meneses y asociados. Doble mérito ya que Farías y Meza no estuvieron en su buena tarde. Triple mérito porque por mantuvo por primera vez en este campeonato su portería inmaculada.
Enzo Gutierrez estuvo muy participativo y luchador; una vez más se empapó del aguante de la nación palestina que, aunque no anote, se pone el overol. En lo que respecta a Marcos Riquelme, merece en esta reseña un párrafo aparte.
Con permiso, soy el goleador.
Marcos riquelme hoy jugó a lo Di Estéfano; defendió en propia área, recuperó pelotas en el mediocampo y siendo la génesis de jugadas de ataque, se comió las bandas izquierda y derecha, y coronó su brillante actuación con un gol que solamente el talento y la magia pueden gestar. Nos da un goce inmenso que haya retomado la senda del gol.
También menciones especiales a Nicolás Maturana, Felipe Campos (el causante de este triunfo), Cesar Valenzuela, Bayron Saavedra (ya no tenía piernas en el segundo tiempo)… en fin, una faena perfecta para los Nico Boys que los deja punteros junto a Católica y Colo Colo. Ahora se viene Cobresal, en lo que quizás sea el punto de despegue definitivo de esta nueva era para decir al resto de los equipos “cuidado, se viene Palestino”
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