jueves, 22 de septiembre de 2016

Palestino - Flamengo, nada que perder



Sentado frente a la máquina de escribir repaso una y otra vez los fragmentos de imágenes del partido entre Palestino y Flamengo, por la ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana, como intentando forzar con el poder de la mente cambiar los momentos clave del partido. Y es que el lance pasó por una equiparidad de fuerzas que, como dijo un sabio espectador en el estadio en el entretiempo “el partido se definirá por un error o una genialidad”.

1-Flamengo, un digno rival. El rival de turno para los árabes no cabe duda en considerarlo un clase A, de esos que están en la órbita de clubes de categoría mundial. Y aunque haya venido con equipo mixto, sería iluso pensar que sobretodo en un equipo brasileño eso sea sinónimo de una baja significativa en su andamiaje colectivo. Flamengo a medida que pasaban los minutos fue encontrando la mano a la propuesta palestinista, pero tampoco ello significó que doblegara a los árabes en un 100%, razón suficiente para callar a las voces que empezarán a salir diciendo que esto ya está definido. Paolo Guerrero, con todo lo superclase que es, tuvo esporádicas opciones de real peligro que fueron debidamente conjuradas tanto por la defensa como por Darío Melo. Ahora, para el partido de vuelta, todo indica que el estratega Zé Ricardo, teniendo la ventaja del triunfo, repetirá la estrategia de equipo mixto para el partido de vuelta, manteniendo la prioridad de fuerzas por el momento en el campeonato local. Con una rápida transición del balón de la defensa al ataque, el Fla resultó ser un rival de peso pero accesible al fin y al cabo.

2- Palestino, un duro rival. Dejando de lado el error en la salida que significó el gol en contra, dejando de lado el penal del porte de una catedral a Carvajal, y dejando de lado la  última opción de Benegas al final del partido, Palestino demostró que más que ser un plantel de estrellas, es un equipo que trabaja, piensa y se expresa como tal; y esa es la gran virtud de este grupo de jugadores que, en el aporte del compañerismo, se potencian en conjunto. Nunca renunció a su opción de llegar al arco, aún en los momentos en que la zaga Regata impuso sus términos. Córdova, resguardando siempre su retaguardia, mantuvo una dinámica de 4 en el fondo cuando se tenía el balón y 5 cuando se perdía; Si en el primer tiempo Valencia fue anulado por el flanco izquierdo, Mazurek junto con Farías y Vidangossy tomaron las riendas. La dupla Luna con Vidal les costó suplir al principio la falencia de Sierralta en su zona defensiva, pero a medida que avanzaba el juego se supo tapar aquella gotera. En el segundo tiempo Valencia tuvo mayores espacios para enganchar hacia adentro y buscar los espacios para  sus pases entre líneas y abrir los flancos. Darío Melo respondió con clase y dio seguridad en el arco. Con todo lo anteriormente dicho, Palestino demostró que no le temblaron las piernas en este partido.

3- A Vitoria, sin nada que perder. Lo demostrado por Palestino hasta ahora en la Copa Sudamericana y en específico ante Flamengo sin duda que da para agradecerlo y por sobretodo disfrutarlo, pensando que dentro de las reglas del futbol se gana, se empata y se pierde. No obstante, por lo demostrado en la cancha, nos vamos a guardar las palabras de agradecimiento de funeral porque esto aún no se cierra; quedan 90 minutos en Vitoria que el grupo no va a regalarlos porque se saben capaces de lo que pueden lograr, porque están vestidos con los colores de un pueblo que sabe de adversidades, de injusticias, y aún así se ponen de pie y luchan. Llámenme obstinado romántico, pero la revancha será efectivamente eso, en una llave que aún no está cerrada y en la que Palestino viajará pensando en que nada tiene que perder. Porque de este sueño no quiero aún despertar.

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