Universidad de Chile 1 - Palestino 0

Cierro la puerta con cuidado del despacho en la noche cálida del domingo, con mi escrito en papel couché. Todos están expectantes del comentario del match ante la U de Chile, ansiosos más que de costumbre. Solo que, a diferencia de ocasiones anteriores, Mojito R. Corgan, nuestro editor jefe no salió de su despacho. Extrañado toqué su puerta. Nada. Noto que la puerta está abierta y entro a su despacho, encontrándolo tumbado sobre el escritorio con una botella de coñac a medio terminar y con el siguiente papel escrito manchado con su saliva:

Con los ojos hinchados, con los oídos reventados

de tantas pelotas a punto de reventar,

Los vivos de este mundo se imponen como siempre

y ante el juez como víctimas se ponen a llorar

Leyendo bodrio, mirando bodrio,

y escuchando el mismo bodrio de siempre.

En la embriaguez de una copa en septiembre

buscamos reconocimiento, quizás un aplauso,

A cambio solo manda la usura

Y todo lo que rodea es la misma basura

Leyendo bodrio, mirando bodrio,

y escuchando el mismo bodrio de siempre.

Chupamedias nos rodean por doquier

caen desde los monopolios por lotes

Cabezas huecas como zombies sin dotes

repitiendo la misma notica hasta joder

Leyendo bodrio, mirando bodrio,

y escuchando el mismo bodrio de siempre.

¿Que cansa remar contra la corriente?

Los cómodos no saben cuanto cuesta

Es más fácil sentarse en un sofá,

encender la tele y secar la testa

Leyendo bodrio, mirando bodrio,

y escuchando el mismo bodrio de siempre.

Mucho se dijo post partido entre  Palestino y la U, “Palestino dominó”, es cierto, el cuadro árabe dominó, controló la pelota, pero nunca se encontró con el espacio suficiente para inquietar de manera real a De Paul. A la U solo le bastó aprovechar el tiro de esquina concedido por Farías (en un error infantil) para que el joven Briceño marcara la única cifra del encuentro, luego Benegas después de un centro de Valencia perdería el empate.  Un primer tiempo donde nos encontramos con una U diferente a lo habitual, era una U que esperaba a Palestino y presionaba al error. Mientras Palestino chocaba una y otra vez con una ordenada zaga azul se diluía el primer tiempo.

En el segundo tiempo se hizo notar nuestra mayor falencia, tenemos muchos creadores, pero nadie que concrete esas creaciones, solo está Benegas para el finiquito, y no ha sido suficiente, prueba de aquello es que en los últimos tres partidos no se ha conseguido anotar. Para contextualizar mejor esta realidad es que en el segundo tiempo si bien Palestino controló, la U nos hacía daño con punzantes contras y Palestino se perdía entre el bosque de piernas azules, de hecho el único remate de peligro fue un tiro libre de Valencia que De Paul equivocó en el cálculo, pero se rehízo de buena forma mandando el balón al tiro de esquina. Lo demás fue un festival de remates trabados que nunca lograron llegaron a buen fin. Y si, Palestino dominó el balón, pero nunca encontró los espacios para plasmar ese dominio en el marcador.

En conclusión, una derrota amarga que pasa por la falta de gol, situación que nos mantiene preocupados pues la escasez  de gol nos está pasando la cuenta. Por forma de juego palestino expresa una idea clara, triangula, intenta, pero si estas transiciones no tienen como destino el gol, solo nos quedaremos en un equipo de buen toque, pero poco efectivo y en esto se gana con goles, justamente el ingrediente que  falta en este cóctel de pases.

 Quisiéramos también saludar y agradecer el gesto de la gente de la Universidad de Chile de desplegar una bandera Palestina. Esto comprueba que nuestra causa es transversal y trasciende colores, porque se entiende la causa Palestina como una causa humanitaria y no solo de Palestinos, sino que de todos los que tengan un mínimo de decencia  expresaran solidaridad con un pueblo oprimido y negado de libertad.

Ahora se viene Flamengo, donde esperamos que se haga una buena presentación y la esperanza de avanzar sigue intacta por muy difícil que sean las opciones, palestino nos tiene acostumbrados a dar sorpresas, por lo que siempre esperaremos una victoria sea el momento que sea.