Mojito R. Corgan daba vueltas irritado con una copa de cognac en la mano, refunfuñando por el atraso de Jeremy Madison y el artículo atrasado del match ante Everton por la Copa Chile. Finalmente el personaje se dignó en aparecer en su despacho con una hoja roñosa, con la ropa desordenada y un colaless como sombrero.
“Esto es indigno, una falta de respeto al equipo y nuestros lectores, ¿Con qué cara llegas con este mamotreto de comentario un domingo a las 11:45, siendo que se jugó el jueves?
“Merezco comprensión” Alega Jeremy “llegué el viernes a las 3:00 AM a Santiago y luego me abdujeron unas guerreras en San Camilo, mi mente se fue a negro y solo recuerdo que desperté en un cajero automático tapado con cartón”.
“¿Acaso me has visto cara de imbécil, imbécil?” Responde Corgan con ojos desorbitados. “Esto es peor que las juergas con alcohol y desmadres de Elías en Talca, por lo menos su excelente prosa compensa su deprimente estilo de vida. Pero lo tuyo sobrepasa toda clase de decencia. Toma tu maletín y lárgate de aquí” Concluye Mojito R. Corgan desparramando cognac en cada aleteo de su alegato.
Un silencio sepulcral inundó el despacho cuando un novel Natasho Smith llega tímidamente con el escrito del match ante Temuco. “¿No cree que fue muy duro con Jeremy?” pregunta Natasho.
“La vida es dura y cruel hijo” Concluye Corgan.
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“En estos momentos se ven los hinchas de verdad”. Esta frase anónima desde la galería Andes del Estadio La Cisterna era tal vez uno de los dos pensamientos más recurrentes el caluroso domingo por la tarde, recordando las miles de personas presentes en la campaña de la Copa Sudamericana. Se volvió a los 1500 espectadores habituales para los match de Palestino como local. Una reflexión que muchos mastican y hacen esfuerzos para encantar a las nuevas generaciones y masificar esta pasión árabe.
La segunda reflexión de la hinchada era la inquietud misma del partido ante un Deportes Temuco encumbrado en la parte alta, más con una performance irregular en todo el campeonato, con un Luis Marín que volvía a los pastos cisterninos, y un Marcelo Salas que revolucionó la marquesina. Palestino también poco tenía que presentar como carta de presentación en el campeonato, con un 12º lugar y un triunfo en los últimos 5 partidos. Pero con lo extraño y apretado que está el campeonato, cada triunfo hace escalar muchas posiciones. Y con el ánimo de cosechar entraron ambos planteles al gramado. Temuco contaba con la ausencia de su goleador, el paraguayo Cris Martínez… y vaya que lo extrañó después de los noventa minutos.
Y es que en verdad en el campo se vio a un solo equipo. Palestino con su plantel titular cubrió todos los sectores del campo, siendo dominador absoluto de comienzo a fin, aderezado con contadas ocasiones de peligro sureño que fueron bien y espectacularmente amagadas por Darío Melo, sin duda el mejor jugador del partido y gran responsable que Temuco se haya ido sin un gol.
A diferencia de lo mostrado el jueves en Viña, Palestino en su rotación del balón mostró a un mediocampo mucho más dinámico, con enroque de piezas entre Mazurek, Carvajal, Cereceda y Valencia, movilidad refrescante que fue el factor principal del triunfo, junto con un animado pressing en gran parte del partido. En la ofensiva, Benegas y Paredes cumplieron adecuadamente, recompensados ambos con un gol que deja al primero como goleador del campeonato, y al segundo con fichas puestas en su número como una promesa que ya está cuajando. Todo esto comandado por el jefe Farías que cubrió toda la banda con su garra, dinámica y talento.
En definitiva, un resultado mezquino en vista de lo mostrado por los tetracolores el día domingo en La Cisterna, contando que aparte de los goles hubo 1 palo, 1 gol anulado y dos penales no cobrados para Palestino. Un resultado que renueva las energías para el plantel y su hinchada, con el objetivo de llegar lo más alto que se pueda.
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