Palestino
está marcando una sonrisa en sus hinchas. También dos cálculos renales por los
nervios, pero como dicen en la galería “Si no se sufre no es Palestino”.
El
preámbulo de toda esta vorágine parte el sábado frente a O’Higgins. Un lance
fuerte para lo que se ve normalmente en el medio local, siendo quizás la previa
de lo que se venía para la noche del martes. Le costaba a Palestino tener el
control del partido, algunos destellos sin dominar claramente al que era en ese
entonces el invicto rancagüino. No obstante, el conjunto de Vitamina Sánchez
nunca bajó los brazos, y el premio a ese esfuerzo lo encontró en el alargue
final con certero tiro cruzado de Brian Véjar. Un gol gritado a todo pulmón y
no era para menos, Palestino mostraba sus credenciales de buen equipo.
Con ese
optimismo, la noche del martes se recibió a Nacional de Paraguay con la primera
opción de clasificar a la fase de grupos. Pero el conjunto guaraní no se venía
con cuentos y sacó toda la garra que caracteriza a los equipos paraguayos desde
el primer minuto. Por el lado del local, no podía dar pie con bola, un
palestino descolocado en mediocampo hacía aguas a cada embate de la visita. Con
esa baja performance a medida que pasaban los minutos la sonrisa en los hinchas
se iba desdibujando.
Pero a
falta de fútbol, la garra sale en este equipo. Y no iba a ser otro, sino que
Rigamonti el pilar de donde aferrarse. Primero fue el penal atajado a los 10
minutos del partido y luego, con un nivel superlativo de confianza, se alzó
como el gestor de la clasificación en la tanda de penales. La cara de los
paraguayos era reflejo de la canción de Camilo Sesto: Todo por nada.
Figuras para
destacar son Suarez y su patriada para marcar el descuento necesario para la
tanda de penales, también el chico Román y la inclusión en el segundo tiempo de
Dávila, necesario para dar claridad a los tardíos ataques del segundo tiempo.
También Junior Marabel, que dió mayor peso en la ofensiva en esta oportunidad. No
obstante, se mantiene la preocupación por el bajo nivel que presenta Palestino
en el quite y salida por el mediocampo, Nacional solo desnudó más la baja
complementación que se da entre Cornejo y Linares. Por el lado de Dylan Zúñiga,
Nacional encontró la llave de todos sus ataques que terminaron en gol.
Pero habrá
tiempo (poco eso sí) para ajustar estos puntos. Hoy solo tenemos en la retina
la espectacular actuación de Cesar Rigamonti, y vaya que nos costará borrar eso
de nuestras cabezas. No en vano nuestro niño símbolo-poeta Garmendio Cirolo nos
ha hecho llegar estos versos dedicados al portero:
En la noche
fría, bajo el firmamento,
Rigamonti
se yergue como un muro imponente.
Guardián de
la red, su figura se alza,
En la cancha
su presencia nunca se degasta
Su guante,
extensión de su voluntad,
Detiene cada
balón con tenacidad.
En el campo
de batalla, un héroe sin par,
Rigamonti,
el guardián, desafiando al azar.
Entre los
gritos de la multitud vuela con gratitud,
En su
soledad enfrenta la oscuridad,
Una fuerza
indomable en su interior se revelará.
En la
lluvia de disparos, en el fragor de la guerra,
Rigamonti
se decide sin temor a la afrenta.
Cada embate
desafía con coraje y valentía,
Y en los
libros su leyenda así forjaría.
Rigamonti, del
arco es el guardián,
Rigamonti,
arquero de talismán.
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