miércoles, 11 de marzo de 2015
Montevideo Wanderers 1 - Palestino 0
La tarde del martes tenía dos opciones: o ver por internet el partido entre Montevideo Wanderers y Palestino en la casa, o buscar un grupo de amigos para ver el match. En eso, llega una llamada de tío Bomba que dice con tono dictatorial:
“Vamos a la casa del señor Barriga”.
Bajo esas instrucciones, no cabía más que esperar a que me vinieran a buscar para ir a la mencionada casa. Luego de caminar unas cuadras, entro prácticamente por un laberinto del minotauro para al fin rematar en una puerta donde me exigen la contraseña para entrar, a lo cual respondo:
“Palestino o muerte”.
La contraseña dio resultado, y una vez abierto las puertas, me encuentro con célebres hinchas de Palestino que semana tras semana van al estadio, destacando entre ellos a la directiva en pleno de “los RonTinos”. Ahí, aperado a los suflés de queso esperábamos el desarrollo de un partido en el que muchos guardábamos la secreta esperanza de poder levantar el vuelo en lo futbolístico.
Desde los primeros minutos Palestino mostró en la cancha de Montevideo que su motivación fue ofensiva, dejando prácticamente la defensa con 2 hombres en la retaguardia. Así, el quinteto Silva - Valencia - Vidangossy - Cháves - Ramos era la máquina de ataque tetracolor. el problema es que en la ecuación de Pablo Guede hubo una variable que no consideró, y esa se llamaba Montevideo Wanderers. Claro, porque el equipo charrúa con un esquema en la cancha más equilibrado cometió el pecado de ir al ataque también, y ciertamente que le resultó ayudado por la postura defensiva del Tino Tino. Así, el primer tiempo Wanderers tuvo las más claras ocasiones de gol, siendo al final de los primeros 45 minutos el 1-0 hasta casi mezquino.
Durante el entretiempo, Guede entendió que debía equilibrar su defensa y controlar el mediocampo si deseaba tener reales opciones de revertir el marcador. Así lo hizo y Palestino mejoró su imagen futbolística, encerrando por instantes a Wanderers en su cancha y anulando correctamente los intentos de ataque bohemios. Valencia si bien no brillaba, estaba haciendo un partido correcto y Vidangossy ya a esas alturas no se podía las piernas corriendo por todo el ancho de la cancha (que de paso tenía 2 metros más que lo normal). Sabiendo que los charrúas también estaban con un cansancio físico, la banca palestinista realiza cambios que personalmente sentenciaron el partido, el cual fue sacar a Valencia (insisto, Vidangossy estaba reventado), y dejar a Valenzuela como el único generador de fútbol. Tal vez este ha sido el partido más bajo que le he visto jugar al gato, con pases demasiado anunciados, jugadas intrascendentes y prácticamente cero aporte.
Al final del encuentro, la sensación que me queda como conclusión es que este partido se perdío en la banca (Si señores: Pablo Guede también se equivoca): En general los jugadores jugaron a un nivel aceptable, incluso Melo que tuvo un par de atajadas notables, en cambio la postura del 11 inicial en cancha más las modificaciones realizadas en el segundo tiempo, fueron condicionantes para la derrota sufrida ante Montevideo Wanderers.
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