Lunes en la mañana. Reunión de pauta. Departíamos un café
junto a George, Negro Andrew, Brooklyn Madison, Don Galán, Ron Jeremy y
payasito Alí, cuando entra a la sala nuestro editor jefe, Mojito R. Corgan, con
una carpeta en la mano y un papelógrafo kraft. Extrañados vimos a Corgan
extender en la pizarra el papel kraft con el gráfico de las lecturas del último
mes.
“¿Jefe, no era más cómodo mostrar el gráfico en PowerPoint?”
pregunta Brooklyn Madison
“Que es eso de Powerpoint, ¿acaso es ese juegito donde todos
van cazando bichos por la calle con el teléfono como mongólicos? En la Normal
me enseñaron con papel Kraft y tiza, y ustedes van a aprender de la misma
manera” Responde Mojito escupiendo en cada sílaba gotas de café con sucralosa.
“Ahora entiendo lo del teletipo en la oficina” murmura Ron
Jeremy
“Volvamos a lo nuestro” – continúa Corgan – “Esta semana
Negro Andrew y Jorge dejaron a todo el staff como niños de pecho, así que
quiero para el próximo artículo que la gente quede tan encantada que impriman
la nota y la manden a enmarcar. Brooklyn, aparte de hacer el café, ¿ has
escrito algo?”
“ehhh…. La verdad es que no me ha dejado” responde Madison.
“No me vengas con excusas. Ahora mismo tomas el tren hacia
Viña y escribes del match frente a Everton, tráeme algo sublime, una épica, una
novela en tres tiempos” exclama Mojito mirando a la nada por la ventana
“Te va a costar rucio” dice entre risas Negro Andrew
“Tu te callas” interrumpe el editor jefe “El jueves quiero
la nota del femenino y de su nueva masacre. Dudo que puedas hacerla
mejor y quiero recitarlo el viernes en mi reunión semanal de taller de poesía y
canasta”
De modo que partí al terminal para viajar a Viña. Tomé el
tren tal como lo ordenó Mojito R. Corgan, pero a la hora y media me percaté que
ya no existe el tren hacia viña, sino que terminé en la estación de Rancagua.
Así que busqué el boliche más cercano para ver por TV el lance. Pensando en los
retos del editor, preparé la siguiente nota del partido.
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El triunfo de visita de Palestino ante Everton de Viña del
Mar se puede ver bajo dos prismas claramente definidos: el del mejoramiento en
lo colectivo del equipo y del riesgo de la estrechez del plantel. Primero
veamos el vaso medio lleno
El vaso medio lleno: Un plantel que mejora
El planteamiento táctico de los árabes agrada a la vista del
hincha y del público en general. Nicolás Córdova logra armar con sus mejores
exponentes un 4-5-1 que impone sus términos en defensa y mediocampo, con dos
armadores talentosos como Valencia y Mazurek, más el complemento por la banda
izquierda que, tiene una sana disputa entre Torres y Silva. Atrás de ellos,
Farías ha encontrado en Esteban Carvajal a un buen escudero que aseguran una
faena más segura a la zaga tetracolor. En el fondo Luna y un ascendente Vidal
son la primera línea de control para un Darío Melo que está respondiendo cuando
se le solicita. En lo específico ante Everton, destacó durante el primer tiempo
el rápido toque desde la salida hasta ¾ de cancha, tal que la pelota fuese
controlada casi siempre en zona ruletera.
El punto bajo en esta propuesta es que, una vez en ventaja,
el equipo en vez de seguir presionando como al principio, comienza con una
rotación del balón más aletargada que aún no logran asimilar, lo que conlleva a
una mayor presión del rival y, por ende, a errores en pases que descolocan al
equipo. Sucedió frente a San Luis y se repitió nuevamente ante Everton, lo que
a la postre derivó en que, paradójicamente, los viñamarinos fuesen más
peligrosos con 10 que con 11 jugadores. Afortunadamente, el empate parcial
remeció al equipo y volvieron a concentrarse en la búsqueda del arco rival.
Ante Everton destacaron Ezequiel Luna y Vidal en la Zaga,
Farías (ya nos tiene mal acostumbrados), Roberto Cereceda por el flanco derecho
y Mazurek. Bajos en su desempeño estuvieron Leandro Benegas, Sierralta (Cerato
fue un dolor de cabeza para el novel defensa). Pero quien se llevó todos los
honores y quien sin duda fue el factor desequilibrante es Valencia, quien es
imparable con sus gambetas y la visión privilegiada para ordenar y dar
confianza al equipo.
El vaso medio vacío: Plantel corto
Teniendo en cuenta que actualmente Palestino juega en tres
frentes competitivos, con prioridades idénticas, preocupa a mediano plazo si
tanto la columna vertebral del equipo pueda mantenerse intacta a lo largo del
semestre, considerando que están jugando dos veces a la semana. La preocupación
no pasa por el staff técnico, sino por las posibles bajas de lesiones en el
juego. Ya tuvimos la partida temprana de Cisternas, y muchos nos comíamos las
uñas con las entradas a Valencia y Luna. Es por ello que, los posibles
reemplazantes, trabajen duro para estar a la altura al momento de entrar a la
cancha. Estamos convencidos que este es el año de Richard Paredes por ejemplo.
El vaso más lleno: Receso en la parte alta
El triunfo del lunes deja al equipo en una buena ubicación
para el receso mundialista, una quinta posición con 7 puntos, a 6 del sorprendente Iquique
que, muchos ponen sus fichas a que con el paso de las fechas, cederá su
posición. Pero por lo pronto el equipo tendrá un descanso merecido y con las
expectativas en Sudamericana, copa Chile y campeonato nacional intactas.