miércoles, 17 de agosto de 2016

Querer borrar la historia con un dedo


Lunes 16 de Agosto, me preparaba para viajar de regreso a Talca. Luego de un fin de semana en el que pude reencontrarme con Palestino, asistir al programa de “aguante tricolor” y aportar algo más que el análisis del momento deportivo de palestino, sino que junto a los integrantes se puede dar a conocer una verdad y esa verdad es la que nuestro tino tino es un símbolo de identidad, una identidad que día a día pelea por no desaparecer. Pues bien, el día Lunes mi amigo Harold me muestra una enciclopedia hispano- americana que data de 1912, me dice “busca Palestina”, lo cual hice y me encuentro con una verdad, en dicho diccionario los palestinos siempre fueron reconocidos como pertenecientes a un país, entre sus descripciones históricas que ayudan a establecer que el territorio siempre se denominó Palestina, también se encuentra una descripción a su superficie, como también los numerosos intentos de conquista de la que ha sido objeto. Pero lo importante y relevante fue cuál era su definición de “Israel”, pues lo definía como un concepto intangible de un grupo de personas que profesaban la fe judía. Ante tal definición solo reafirma que lo que hoy conocemos como “Israel” fue una concepción de los judíos europeos de coronar su visión de pueblo a costa de una internalización fanática concretada en la ideología sionista.

Ante este simple hecho, como encontrar una definición de Palestina en una antigua enciclopedia, cuya definición deja en claro que los palestinos nunca fueron una invención, siempre ha sido y seguirá siendo un pueblo con sus valores culturales intactos. Por lo que nuestra misión seguirá siendo el de creer en nuestra causa y jamás dejarnos amilanar por las acusaciones ridículas de que “importamos el conflicto” o acusaciones anti semitas. Es necesario hacer una aclaración al respecto, en mi caso personal soy hijo de Palestina en tal caso soy (medio) semita, pero aun así mucho más semita que los hijos de polacos, argentinos, rusos, húngaros  y un montón de nacionalidades más que componen el Israel de hoy.

Para concluir esta pequeña reflexión, lo que este simple hecho refuta drásticamente es la primera mentira sionista, la cual instó a muchos europeos de religión judía a emigrar a Palestina, que rezaba que Palestina era “una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”, obviando que en tal región había más habitantes por kilómetro cuadrado que en la Argentina o en los Estados Unidos de entonces.
Israel hoy en día es un estado fundamentalista anclado en la creencia que cualquier persona de religión judía es un israelí, es decir su “fe” está por sobre las nacionalidades, y justamente por eso es que se convierten en un peligro pues bajo ese punto de vista Israel no pertenece al mundo, el mundo le pertenece a Israel.

1 comentario:

  1. Lacras weon, se pasan! Toda persona con sentido moral y terrestre detesta a los weones

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