1- Paternidad.
En los últimos 10 partidos frente a Palestino, Colo Colo sólo ha ganado 3. Es una espina clavada que tienen los caciques desde que Palestino ha sido dirigido por Astorga, Guede, Cordova y ahora Cavalieri. Quizás podríamos hablar de fortuna ya que el error de Orión al minuto 91 desesperó aún más a los blondos para poder emparejar el marcador, pero la historia pesó afortunadamente para nosotros.
2- Gutierrez, Fénix.
Los años cuentan para no tener el rendimiento físico de antaño, pero se compensa con sabiduría y experiencia. Roberto Gutiérrez lo demostró en un 100% este sábado en el Nacional. El primer gol, tras pase bombeado de César Cortés encontró a Gutiérrez con el tiempo para poder recibir y deducir la posición del golero visitante mirándolo por el rabillo del ojo, para aplicar un segundo de nirvana y meter el balón al arco con un toque bombeado, preciso, sutil, cual lanzamiento de básket a la esquina norponiente. El segundo tanto reflejó un resumen de su actuación durante el partido, peleando cada pelota que salía del mediocampo tricolor; en esta ocasión el error fue la pésima salida de Orión (¿ven que no solo Melo tiene tardes negras?), pero el pájaro no perdona y con el arco a su merced sacó el manual del delantero, buscó el capítulo de cómo finiquitar, leyó el apartado de Carlos Cazzely y se llevó el balón hasta el baño para leer tranquilamente el relato de su gol. Excelente manera de coronar su actuación personal.
3- El partido del año.
No tan solo para nuestro equipo, sino que para todos los que participan en la Primera A, el enfrentar a Colo Colo es “el partido del año”. No tan solo por la motivación de derrotar al equipo más popular del país, sino que es una de las vitrinas más atractivas para que los jugadores puedan mostrar tanto su calidad futbolística como su temple. Bajo este punto de vista, la actuación individual de gran parte del plantel sacó lustre. La defensa en línea de tres tuvo un trabajo aceptable, hasta la chambonada entre el golero Pérez y Tapia para que Paredes marcada el empate parcial. El mediocampo con Cortés, Rosende, Fernández y Torres tuvieron arduo trabajo para poder controlar el balón, pero en la raya para la suma Rosende y Torres salieron airosos en el duelo contra Valdés y Valdivia. Y en delantera, se ratifica el potencial que tienen Gutierrez, Muñoz y Campos en conjunto. Del pájaro ni hablar, mientras que Muñoz por la izquierda y Campos por la derecha peleaban las alas abastecidos por Cortés y Fernández.
4- El puto amo y Cavalieri
No sabemos si fue por soberbia o si es que aún le tiene cariño a Palestino, pero el planteamiento inicial de no colocar a Rivero y Paredes por parte de Pablo Guede fue dar una ventaja que se tradujo en la derrota del cuadro que dirige. Por el lado de Cavalieri, su disposición táctica de mantener a tres en el fondo sigue dando preinfartos a la hinchada tetracolor. Esta vez aprendió la lección y dejó en la banca a Benítez, dejando una dinámica de retroceder a Rosende cuando Colo Colo se venía en ataque. Asimismo, pudo extender la dinámica del juego ofensivo a más minutos del que nos tenía acostumbrados. Pero una vez más demostró que le cuesta manejar los hilos del encuentro realizando los cambios en tiempo retardado, o pensando que el empate lo conformaba; el caso es que el cambio de Cortés por Rodríguez y de Campos por Manzano fue para reforzar la línea defensiva y el quite, apostando a los balonazos de contragolpe para Muñoz y Gutierrez posterior al empate parcial. Para fortuna del DT Argentino, su apuesta funcionó y le da un balón de oxígeno frente a los dirigentes (que lo más probable es que para ellos con este triunfo haya salvado el semestre Cavalieri). Para la hinchada también es una alegría volver al triunfo después de meses de morder el polvo, pero ahora debe ratificar Cavalieri que esto no fue un atracón de una noche, sino que efectivamente le encontró la mano al funcionamiento del equipo y lo debe ratificar ante San Luis la próxima semana en Quillota.
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