ATENCION: El comentario del partido está dentro de las increíbles aventuras de Mojito R. Corgan. Si está dispuesto a vivir una maravillosa aventura literaria lo conminamos a seguir leyendo. Si no le interesa, pues confórmese con la estrofa del partido en La Tercera.
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Domingo por la mañana. El fresco del amanecer despierta a Mojito R. Corgan con los pantalones a medio poner, un aroma mezcla a sudor y alcohol y tapado con diarios en los estacionamientos del Casino Monticello. A lo lejos, el jardinero del lugar lo mira de reojo y esboza de vez en cuando una sonrisa burlesca. Mojito aún aturdido revisa su celular y lo ve con 40 llamadas perdidas y 1 wathsapp de Joan, su aún novia oficial.
Pero para poder entender esta escena, debemos retroceder un día anterior.
Luego de su tradicional sesión de viernes en el masaje tántrico, Mojito R. Corgan se dispone a ver match de San Luis y Palestino en el rincón de siempre, “Los Viudos de Guede”, atendido por el pastor Poroto y sus parroquianos habituales: el Rabbino pastelero, don “Awante el Tino locoo”, el autómata XR41-G, tío Bomba, el galán geriátrico, Charly Kamikaze, y el pequeño Timmy.
Ya sentados todos con su respectivo bebestible y unas ramitas rancias, encienden el televisor Panasonic del bar y comienzan a ver el partido, con la sensación de que al frente Palestino se enfrenta a su pesadilla de los últimos años, San Luis de Quillota, que de la mano de Miguel Ramírez solo sabe de puntos positivos ante los árabes. Bien lo saben Cavalieri y los jugadores, entrando con la mentalidad de doblarle la mano al destino y demostrar que el último triunfo ante Colo Colo no fue casualidad.
Y desde el primer minuto San Luis dejó en claro que el control del partido sería de ellos. Un dominio en todos los frentes ejercían Sagredo, Escobar, Rojas y compañía que la defensa y casi todo el equipo tetracolor trataban de anular. Desde el inicio del lance empieza a emerger la figura de Zanahoria Pérez, mientras que en contrapropuesta Campos, Muñóz y Gutiérrez buscaban sorprender al contragolpe.
Y en el momento de la enésima embestida Canaria, Torres deja solo con un pelotazo al pájaro, quien con un disparo entre portero y vertical hace estallar en gol a los fieles seguidores presentes en el estadio y a los feligreses que rodeaban a Mojito R Corgan. Dentro de la alegrías y los festejos, Corgan toma su vaso de cerveza y exclama “Señores, si gana Palestino yo invito la ronda!”, recibiendo la aprobación de todos haciendo sonar sus vasos.
Luego del gol, el transcurso del partido fue un monólogo amarillo que buscó por todo lo posible vencer el arco árabe defendido por Pérez, no obstante la ordenada línea palestinista, la divina providencia y el miope árbitro evitaron su objetivo, mientras que en la desesperación canaria las réplicas del tridente del Tino (llámese ahora try-tino) hacía temblar mediante contragolpes el arco defendido por Nacho González.
Ya terminado el partido, la alegría inunda el local, que hace correr las cervezas por doquier. En medio de la algarabía Tío Bomba no oculta su excitación gritando a los cuatro vientos “SIEMPRE TE TUVE FE GERMAN!”. No obstante el galán geriátrico plantea la siguiente reflexión a los parroquianos: “Hay que ser mesurados, ganamos y claro que hay que alegrarse, pero nunca dominamos el partido y de hecho los canarios tuvieron varias opciones de gol y el árbitro se comió dos penales. Quizás esa sea la manera que ha encontrado Cavalieri, si le resulta y nos lleva arriba la raja. A mí personalmente me pone dudas”. “Lo importante son los puntos, pero concuerdo que se debe mejorar”, agrega XR41-G mientras la espuma de la cerveza escapa por el comezón izquierdo.
“Awante el Tino Locoo” asiente con la cabeza e indica con aires de Mauriziano “Superiores no fuimos... Hicimos el gol cuando nos bombardeaban... Tuvimos el 2-0 cuando estábamos ahogados en una contra. En el segundo tiempo San Luis nos metió atrás con puros centros y reventábamos para donde estuviéramos parados. Varias pelotas de esos rechazos las agarramos al medio y metimos buenas contras pero nunca fue porque la idea fuera armar una jugada planificada. En las estadisticas del partido en posesion fue SL 63% y PL 27% y en centros al arco 49 contra 7”.
“Y que pasa con los juveniles” agrega el pequeño Timmy, “Hoy debutó Nicolás Díaz, reemplazando a Roberto Gutiérrez, dejándolo jugar menos de 10 minutos y con eso suma muy pocos minutos en juveniles. Lo mismo ocurrió frente a Colo Colo. Está claro que Cavalieri no cree en los juveniles y que trata de salvar el pellejo sacrificando el minutaje que, más tarde que temprano lo va a angustiar.”
“Esperen un momento” interrumpe don Poroto. “Escuché clarito que si ganaba Palestino alguien invitaba la ronda, ¿o no don Mojo?”
“Pero claro que no me he olvidado” responde Corgan “Pero no me harás caer en tu treta del elixir tricolor, sino que iremos a mi lugar favorito, ‘El cielo sensei’, donde sirven la mejor comida orgánica y bebestibles de apios felices. Así que no se habla más, Rabbino y Charly Kamikaze viene conmigo en mi Bugatti, y el resto nos sigue en Uber. Eso si Charly tu manejas, ya que he bebido un par de cervezas, pero hay de ti si me rayas el auto”.
“Hay un error en su frase Mojito, lo que tomó no fue cerveza, sino que mi nuevo licor de cebada de cannabis tostado y suaves gotas de LSD. Lo llamo orgullosamente ‘Dios mío, vienen por mi’” refuta don Poroto, quien inmediatamente suelta una carcajada maquiavélica. Al tan solo escuchar esto, la mente de Mojito R. Corgan empieza a dar vueltas con el remolino de los rostros de los presentes riéndose y soltando fuego por sus narices, mientras en su mente se hace escuchar “Bow tie Daddy” de Frank Zappa cual parlante mono con interferencias de cables.
Con Mojito en un estado de trance tipo 3.5, la chiquillada parte rumbo a San Camilo y entran a una disco subterránea, con bailarinas encerradas en jaulas y música Under-drag-retro-post-punk. Mientras el resto del grupo sale a bailar y seguir bebiendo, Corgan se recuesta en posición fetal en un sillón de cuero y en ese momento experimenta una desviación tiempo-espacio, apareciendo en un universo paralelo en donde Palestino ha sido 10 veces campeón de la Sudamericana, 25 de la Libertadores, 8 del mundialito de clubes y 1 vez campeón intergaláctico.
“En donde estoy” le pregunta a una silueta brillante que está a su lado. “Saludos hermano Cavalierístico. Estás en el universo alterno nº33-J, más conocido como universo PES. Acá Cavalieri ganó todo, y fue ungido como dictador supremo del sistema solar. Y tu ser de oscuridad, ¿quien eres?”
“Yo soy Mojito R. Corgan, orgulloso editor en jefe de El Hincha de Cartón”, responde Corgan.
“¿El Hincha de Cartón? ¿¿¿La célula terrorista subterfugia que intenta derrocar a nuestro amado líder??? TRAIDOR!! TRAIDOR!! MUERTE AL TRAIDOR!!” grita la silueta apuntándolo y lanzando un grito tan agudo que retumba en las neuronas de nuestro antihéroe. “Dejenme en paz, DEJENME EN PAZ, LOS MATARE A TODOS!!!, MALDITOS HIPPIES, SALGAN DE MI CABEZAAAAAA!!!” grita delirando Corgan sin parar. “QUIERO VOLVER A MI MUNDO, DEJENME VOLVER A MI MISERIAAA”
Al decir esto aparecen en frente de él luces, un pozo sin fondo, voces en la oscuridad, Guede y su karma 4-5-1, etc etc. Lo concreto es que sin saber como, Mojito termina botado en el estacionamiento del Monticello con los pantalones a medio poner.
Bueno, en resumidas cuentas, y luego de este anormal relato, se viene el Audax el viernes en La Cisterna. Acá la exigencia nuevamente es ganar, para de una vez por todas hacerse respetar en nuestro estadio, para disipar las dudas del desempeño técnico, y para poder por fin disfrutar junto a Mojito R. Corgan de un Martini al Cubo® con una sonrisa.
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