sábado, 7 de febrero de 2015

Palestino 1 - Nacional (uru) 0



Tantas ideas pasan por mi cabeza, como un carrusel que no para de girar; pienso una y otra vez en el gol, en las jugadas que casi fueron goles, en las que no se concretaron, en los errores, en fin… Por mi que la católica pase pronto para que llegue pronto el perdido de vuelta en Montevideo. Y es que para muchos lo vivido el día jueves es un acontecimiento único, que se coronó con una buena actuación por parte de Palestino.

Después de 36 años
Una vez que el equipo tetracolor pisó la cancha del estadio Santa Laura, se rompía mágicamente una espera larga; la última participación de Palestino en una Copa Libertadores fue en 1979, llegando a semifinales del este certamen. Por ello es que para el periodismo contemporáneo, Palestino es prácticamente un desconocido en estas lides. Al frente se presentaba Nacional de Montevideo, un equipo que “algo” de oficio tiene en esta competición con sus 3 copas continentales ganadas, y la obtención del último campeonato charrúa, no obstante tenía a su contra solamente partidos amistosos durante este 2015. Así, se cerraba un círculo maldito en pos de iniciar una nueva y alegre página de la historia Baisana.

El primer tiempo, Palestino se mostró cual quinceañera en un primera noche, tímido y respetuoso del rival, no estaba dispuesto a arriesgar ante un ordenado y defensivo equipo uruguayo, el cual obviamente, tiene más bagaje en este tipo de competencias. Así, la balanza se inclinaba levemente hacia los uruguayos, mientras que de a poco Palestino se atrevía a atacar sin desesperación. La expulsión de Polenta al minuto 34 del primer tiempo fue un factor clave que le dio superioridad numérica, aliento motivador y un segundo aire de dinamismo a Palestino.
En consecuencia, el segundo tiempo se vió a un Palestino que se acercaba a los que nos tiene acostumbrados en el campeonato local, dominador del encuentro, egoísta con la posesión del balón, con apertura de cancha y un bloque defensivo recio pero leal, mientras que Nacional, acurrucado en el arco norte, atinaba por medio de contados contragolpes. El gol de Rosende pasa a ser el premio merecido por la actitud mostrada durante todo el segundo tiempo; tal vez se piense que es exiguo en el resultado global, pero lo cierto es que volver después de 36 años a un torneo internacional cualquier paso positivo que se de  es ciertamente agradecido.

Mas que un club, todo un pueblo
La noche de jueves Palestino reunió a tanta gente como nunca antes; al estadio Santa Laura llegaron oficialmente poco menos de 6000 espectadores (la verdad es que a ojo de buen ciudadano eran casi 8000), todo un récord considerando el promedio que va semana a semana a La Cisterna (esperemos que con la construcción del Pre-Unic Arena esto cambie). Y a 13.000 kms de distancia, capeando el frío de invierno y las rondas del ejercito sionista, todo el pueblo Palestino se arropaba bajo un techo cálido a ver la transmisión en directo del partido de quien es “su segunda selección nacional”. Más que por nosotros, es por ellos que todos deseamos que Palestino llegue a lo más alto posible en esta copa Internacional; que entre la represión diaria que viven, el miedo en cada esquina, la prepotencia y abuso en cada control, la humillación delante de su familia e hijos, tengan cada semana 90 minutos de paz, 90 minutos en que Chile y Palestina se confunden, 90 minutos en que las calles se tiñen de blanco, rojo y verde, en que puedan encontrar una válvula de escape para juntar fuerzas. Tal vez por el frío la idea de proyectar el partido frente al muro de la vergüenza no se pudo, pero no es pecado soñar que un día eso pasará, y que un remate de Ramos, Riquelme, Valencia u otro haga la magia de derrumbarlo, ahí el grito de gol y libertad se escuchará en todo el mundo. Aguante Palestino, resiste Palestina!.

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