La noche del viernes, Palestinó viajó a la ciudad de Temuco a enfrentar al cuadro local con el objetivo de traer algún punto desde la novena región y empezar a madurar su propuesta futbolística. Por su lado, los verdes de la araucanía venían con el karma de no poder sumar de a tres en este campeonato. Es por ello que en resultado final de 3-2, Palestino haya quedado en esta semana con el cartel de “levanta muertos”.
Palestino puso en la cancha un 4-5-1, con el despliegue de sus laterales en proyección, quedando para la ofensiva en una postura 3-4-3 y en movimientos defensivos con una formación que aún los arqueólogos tratan de descifrar. Pero bromas (o quejas) aparte, desmenucemos el partido:
1- Primer Tiempo: Posturas claras, intérpretes al debe: Como una buena pieza musical, si los intérpretes están a destiempo o no se afiatan bien, el resultado es una pobre versión. Podemos traspasarlo a lo presentado por Palestino en esta oportunidad. Resulta entendible que, al momento de la generación de fútbol, parte de la defensa se proyecte metros adelante para generar volumen y densificar las líneas en ataque, no obstante la defensa estaba más preocupada del Lollapalooza que del partido en si. La proyección alternada dió pocos resultados especialmente por la banda izquierda palestinista. El avance de Torres no dio los resultados esperados (pocas veces fue generador real de fútbol), y para peor, su backup para cubrirlo fue Benítez, que como central es infinitamente superior que como lateral. Consecuencia: Temuco tuvo claro por donde generar la ofensiva, con un flanco izquierdo débil y a destiempo. Los dos primeros goles fueron creados por ese flanco, y el tercer gol nació de una falta por el mismo lado. En cambio, por el flanco derecho, la sociedad Guerrero - Vidal resultó bastante mejor para la salida (aunque se notó la ausencia de Soto, de buen cometido en el partido anterior).
Así como la banda izquierda flaqueó, el otro problema endémico sigue siendo la salida en propio campo. Y ahí los dardos apuntaron tanto a Rosende como a Fernández. Al no poder resolver el pressing de Temuco en esa zona, Cortés se encontró con pocas oportunidades claras de habilitación y además cortaba la génesis árabe, tomándolo a contrapié en la zaga. Así, con esa problemática, los pases largos para Muñóz, Campos y Gutiérrez fueron durante todo el primer tiempo con pelota dividida.
Finalmente, la vanguardia por la banda de Campos estuvo apagada en esta oportunidad, mientras que Muñóz intentó varias veces, pero cuando se anda con la pólvora mojada (literalmente), no hay mucho que hacer.
2- Medio poroto para la banca: Así como criticamos en reiteradas oportunidades a Cavalieri… Volvemos a hacerlo en esta oportunidad, pero a medias. La critica nace de la tardanza en el cambio táctico propuesto desde el minuto 0, descrito antes, cuando el 2-0 se imponía en el Germán Becker (maldito Harbottle, sinceramente nos tiene de caseros). Sin embargo, en esta oportunidad la apuesta táctica durante el segundo tiempo fue un punto a favor para el argentino, con el sacrificar sus piezas laterales y reemplazarlas con un cuarto mediocampista y un punta como Saldaña, dejando con más libertad a Cortés y cambiando el esquema a un peligroso 2-5-3 con lo cual encerró a Temuco en su área, que a diferencia de nuestro equipo, mantuvo su línea defensiva muy eficiente y ordenada (línea de 4 perfecta y aumentando a 6 en las embestidas tetracolores). El 2-1 mediante penal de Gutiérrez daba esperanzas a Palestino, no obstante el 3-1 tras buen cabezazo a la entrada del área grande por parte de Riquero fue la consecuencia de una formación arriesgada más la deficiente marca en esta oportunidad. Finalmente el 3-2 por parte de Muñóz fue el premio de consuelo para el atacante que buscó el gol durante todo el partido.
3- ¿Existen los juveniles?. Cavalieri dió la pauta de su plan durante este campeonato: “Queremos sumar lo más posible” dijo en una entrevista. Eso se traduce que va estirar el chicle lo más posible con la no inclusión de los juveniles hasta que se encuentre obligado a hacerlo y, por mientras, sumar lo más posible. Esta lectura se traduce en que el DT le tiene 0 fe a lo que puedan aportar los juveniles, hecho que lo demostró el campeonato pasado utilizando a los nóveles en posiciones equivocadas, prácticamente reventándolos. No nos parece que la estrategia sea adecuada, sobre todo que su plan cojea con los últimos resultados.
Al respecto, dentro de las frases del bronce del fútbol, hay una que reza “Los partidos los ganan los jóvenes, los campeonatos los ganan los experimentados”. No queremos decir con esto que exigimos el campeonato, pero si con los titulares no estaba resultando, mirar por lo menos a 1 juvenil no es pecado, como por ejemplo, a Nicolás Díaz.
Conclusión: Bajo partido en general de Palestino, arriesgada apuesta que funcionó por parte del DT en el segundo tiempo, pero insuficiente para poder revertir el marcador final en una noche en que la lluvia nos avisa que los días de sol se empiezan a despedir. Esperemos que no para Palestino.
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