Los hechos ocurridos el 6 de Diciembre, instancia donde se zanjaría
quien sería el nuevo monarca del fútbol chileno fueron lamentables, vergonzosos
y lo peor que no representan situaciones aisladas, las escaladas de violencia
entre los llamados “barra brava” venían en aumento los últimos años ejemplos
sobran, pero la pregunta angular es ¿Qué provoca a estos individuos manifestarse
de una forma tan violenta? Para dar una respuesta que se acerque al contexto,
se ofrece este pequeño análisis social realizado por el equipo de El Hincha de
Cartón, con el fin de incentivar a la hinchada palestinista a seguir en el
camino de la sana convivencia y comportamiento responsable, ya que cargamos a
nuestras espaldas con la causa Palestina lo cual es preciso resaltar, porque es
lo que nos entrega identidad y unión, otorgando con ello una actitud de respeto
que se conjuga con un sentido de pertenencia que canalizamos a través de este
deporte.
Más allá del fracaso que representa el proyecto de “Estadio Seguro” que
no es más que un mal chiste, cuya mala organización significó de puente para
delincuentes, quienes disfrazados de hinchas se dieran un festín de decadencia
y a su ideología, podemos resumirla con bastante precisión en esta frase:
improvisación hecha por tecnócratas que no tienen idea de lo que es la realidad,
carecen de poder reflexivo, lo que desemboca en la realización de ideas que son
una oda al sin sentido.
Para responder el porqué del comportamiento delictual debemos considerar
aspectos Psicológicos y sociológicos:
Aspecto Psicológico.
la génesis de tanta violencia radica en la alienación que sufren los
componentes de dichas barras, quienes ven en sus respectivos equipos
(lamentablemente este tipo de conductas se ven frecuentemente en los barristas
de los tres equipos populares del país y que peligrosamente se transporta a
regiones contagiando a los simpatizantes de dichas instituciones a imitar este
tipo de comportamientos) una errónea forma de validarse, constituyendo con ello
una patología de la idealización y de la identificación, es decir no existen
parámetros morales en los cuales puedan canalizar la actividad deportiva,
concibiéndola como un momento de recreación y promover ideales que estén
acordes con la institución que representan, sino que se desactiva toda
actividad del pensamiento.” El barrista bravo” no puede preservar puntos de
referencia identificatorios. Entonces al carecer de estos puntos produce
enajenación en sus pensamientos, negando la realidad y peligrosamente
asumiéndose como que poseen una “verdad” (entendida esta verdad como una “ley
del más fuerte” amparada en la nula seguridad existente en los estadios)
compartida, pero incuestionable, que los impulsa imponer sus términos a
cualquier costo como fuimos testigos en la última fecha del campeonato.
Aspecto sociológico.
El deporte, en específico el fútbol, es una actividad que bien puede
clasificarse en el lado pasional del hombre, en el lado del instinto, de emocionarse
y llorar, de no pensar mucho. Pero es ahí donde se encuentra una de las fallas,
concebir al fútbol como deporte para tontos, intentar que los que rodean la
actividad sea entes sin opinión(multas a las instituciones que consideran usan
consignas políticas), al no tener una representación que no sea el mero
populismo de que su equipo “gana
siempre” por lo tanto una derrota constituye en una ofensa de carácter
personal, reemplazando el razonamiento por la adrenalina, por los instintos,
potenciado por la escasa representatividad de ideales tangibles, da como
resultado manifestaciones de territorialidad y confrontación con los
"enemigos, olvidan por completo que quienes compiten son los equipos y
pasan a sentirse ellos en competencia, convirtiendo la violencia en una emoción
contagiosa, que comienza en uno o varios de los integrantes del grupo y se
extiende a los demás, en una especie de instinto defensivo del grupo al cual
pertenecen y marca de territorialidad, haciendo que paradójicamente el partido
a disputar pase a un completo segundo plano.
Pasión no significa violencia.
¿Pasión equivale a violencia? Sin
duda que no, la pasión no se debe confundir con enajenación, poniendo como
ejemplo a Palestino, la devoción por este club de fútbol se potencia porque
engloba una propuesta (se crea el club
para anclar un sentido de identidad), causa (intenta reivindicar la causa
Palestina de una manera honesta y pacifica) y actividad (el fútbol como medio de expresión)
estableciendo un fuerte vínculo potenciado por el respeto a lo que representa
la institución lo que se traduce a un comportamiento social que encaja con las
normas urbanas.
Evaluación.
Concluyendo, a pesar de las estupideces que esgrimen los mandamases de
nuestra federación de fútbol, en las cuales piden no “politizar el futbol”,
existen instituciones que mantienen una postura clara en cuanto a lo que
representan y dicha postura se traspasa a sus simpatizantes generando una
afinidad que permite mantener un equilibrio conductual. Una de estas
instituciones es Palestino que posee puntos de referencia de identidad claros,
cada simpatizante entiende que lo que se representa va más allá de un resultado
especifico. Es estandarte de una causa humanitaria que vive a través de la
institución deportiva, generando con ello un sentido de responsabilidad entre
nosotros sus hinchas, donde conviven 3 conceptos: sensibilidad, entendimiento y
razón. De esta triangulación nace la trascendencia a la que hacemos referencia
en el título del presente artículo , porque se transforma en un símbolo de
resistencia, constituye un ejemplo a enfrentar la adversidad, utilizando el
fútbol como vehículo de concientización pacifica, representando un ideal de
justicia cuyas manifestaciones van dirigidas a un despertar social,
representadas en un grupo humano con poder de crítica reflexiva y con una
marcada posición política que aboga por el derecho soberano que merece
Palestina a ser una nación libre. Paradójicamente,
este mismo concepto que nuestros “genios” del fútbol pretenden erradicar, es lo
que podría salvar la actividad deportiva de la podredumbre social y moral en la
que está inmersa, obviamente el concepto de “política” entendida como la moral
que se ocupa de la actividad, en virtud de una sociedad libre. Creemos
firmemente que Palestino representa estos conceptos y estamos dispuestos a
seguir dando el ejemplo.
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