Qué difícil es hacer un comentario sobre el
partido de este último Domingo, es difícil intentar hacer un ejercicio objetivo de como se dio
el juego, es difícil porque la
ilusión de volver a un torneo internacional eran muchas, ilusiones amparadas en
un estilo de juego que ya marcó escuela en Palestino y por volver a
entregar a Palestina una esperanza
disfrazada en 90 minutos en los que palestino es la voz de una nación devastada y entrega un
mensaje de identidad, Palestina estará lejos…pero lejos de ser olvidada.
El partido del Domingo palestino fue presa de
la mala suerte (el autogol de Farías fue clave) combinado con ansiedad, los 4
goles cruzados no son muestra de lo que realmente ocurrió en el partido, en el
cual palestino hizo todo el gasto, pero los palos y toselli nos negaron los
goles. En lo acontecido este Domingo no nos detendremos en un análisis del
partido en sí, nos detendremos en lo que simbolizó el juego entre cruzados y
árabes. El pleito de definición simbolizó un legado que nos deja Guede, un
legado que se puede resumir en una frase: “Palestino puede”, Palestino puede
pararse de igual a igual en cualquier cancha, Palestino puede ser un equipo que
va al frente, Palestino entendió que es más que un equipo de fútbol, Palestino
de la mano de Guede se convirtió en un conjunto armónico que a través de un
juego atrevido se empapó de todo el aguante de la nación árabe. Hoy estamos dolidos, pero ya mañana
levantaremos la cabeza y con convicción le exijamos al nuevo técnico: SOMOS
PALESTINO Y QUEREMOS MÁS, SOMOS MÁS QUE UN EQUIPO, SOMOS LA VOZ DE UN PUEBLO
OPRIMIDO. Atrás deben quedar esos años en los que con timidez nos
esperanzábamos solo con no descender, Palestino no merece eso, su hinchada no
merece eso, Palestina no merece menos que representación digna, dignidad que se
demostró con creces, Palestino vendió caras todas sus derrotas y en cada
partido ganado hubo una dedicación de parte de algún jugador a la tierra
Palestina. Es por estas cosas que desde acá le damos un caluroso abrazo a Pablo
Guede y con mucha honestidad le deseamos
el mejor de los éxitos, porque demostró ser un profesional, entendió lo que es
la causa Palestina y de alguna forma eso se lo transmitió a los muchachos que
ejecutaron su idea lo mejor que pudieron.
Hoy se perdió, pero se ganó en convencimiento
de lo que somos como institución, nuestro orgullo está intacto, Palestina está
bien representada y nosotros seguiremos asumiendo con responsabilidad nuestro
vínculo con Palestina. Un abrazo baisanos!! Tendremos revancha.
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