miércoles, 2 de diciembre de 2015

Huachipato 0 - Palestino 0



El partido disputado ayer en el “cultivo” del CAP fue rudo. Y lo decimos porque luego de los minutos de examen el roce fue la tónica del match entre acereros y árabes. Los de la usina, si bien no pelean a nada este campeonato, quieren cerrar de una buena manera su participación en el certamen, mientras que Palestino sabe que los últimos puntos para disputar son de oro.

La cancha del CAP definitivamente es todo un lujo. De ahí la producción hortofrutícula de la región extrae vegetales de exportación tales como papas, acelgas y ortigas, porque para el fútbol es una miseria (y eso que es relativamente nueva). Y eso se vió en que el control del balón era muy difícil para ambos equipos, más para Palestino que acostumbra a hacer juego asociado.

El primer tiempo fue de oportunidades parejas para ambos equipos. El volante venezolano Rómulo Otero junto a sus compañeros de ataque Duma y Sagal generaron más de un dolor de cabeza a la zaga tetracolor, obligando a Luis Marín a lucirse con un par de buenas atajadas. En el arco contrario el ataque baisano no se quedaba atrás, y la dupla Cortés con Maturana reafirman que pasan por un buen momento. Riquelme luchó mano a mano en las pelotas en profundidad y Walter… ya hablaremos de El más adelante.

El segundo tiempo siguió con la tónica aunque Huachipato se refugió más en su área. Estos 45 minutos finales fueron aderezados con la impresentable reacción del lineman Echeverría y la expulsión del local Sagal y la lamentable doble amarilla de Zacaría. Y así como la expulsión de Sagal fue una “ayuda” para Palestino, también debemos reconocer que el árbrito se “comió” una mano en el área de nuestro defensa Mesa que perfectamente pudo haber sido penal en contra nuestra (Cabros, así como nos gusta que sean justos e imparciales con nosotros, también debemos ser objetivos en todo).

La “maldición” del Cacique

Hay un mito en el fútbol chileno que se transmite de boca en boca (aparte de que los de la Católica son segundones), y es lo que se llama “La maldición del Cacique”, la cual reza que equipo que le gana a Colo Colo a la fecha siguiente pierde. Si vemos lo que ha pasado en el presente campeonato podríamos encontrarle asidero (Católica, Arica), y esto tiene alguna verdad objetiva: Frente a Colo Colo para el rival es quizás el partido más importante del año. Si se le mira con esa óptica, el empate no fue malo. Ya sé que más de uno nos dirá “ese es un pensamiento mediocre”, y tal vez tengan razón, pero las estadísticas no mienten…

La PSU de Walter

Pablo Guede declaró el viernes pasado que el juvenil con mayor proyección en Palestino es Walter Ponce (y muchos también lo creemos). Apremiado por cumplir con el minutaje de juveniles en cancha, el mundialista por fin salió desde el inicio acompañando a Riquelme en la ofensiva, no obstante no tuvo la oportunidad de demostrar todo su potencial: a medida que corrían los minutos, el novel striker se fue diluyendo al punto que, en una gran jugada de César Cortés por la izquierda, este prefirió disparar al arco siendo que Ponce estaba en inmejorable posición. Debe desarrollar su instinto asesino, porque lo queremos ver todo de lo que es capaz.

Arica, una espina a sacarse

Bajo nuestro punto de vista y en razón de la coyuntura actual (La unión viene entrando con todo), el punto rescatado es de oro. Ahora esto se cierra con Arica, un rival de recuerdo amargo (0-4 en el último encuentro en La Cisterna) y presente deplorable, con un entrenador como Figueroa que en cada partido que dirige demuestra lo inepto y poco hombre que es. De modo que al equipo se le presenta una oportunidad alta de ganar este último match y cerrar una carrera por la liguilla que en las últimas fechas, tiene tres cupos que hasta el momento pueden ser de cualquiera.

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