sábado, 20 de febrero de 2016

Santiago Wanderers 0 - Palestino 0, el punto fue de oro



Son las 21:34 de la noche del día sábado. Y sabiendo que es una hora impresentable para comenzar el comentario de un partido que sucedió 24 horas antes, vale la explicación en las siguientes líneas. Además, ya consumado el triunfo de O’Higgins ante las monjas, podemos hablar el empate del PUNTERO INVICTO.

Y todo esto parte en la guarida del Poroto, reducto intrínsecamente palestinista y lugar de peregrinación para cualquier seguidor tetracolor. Y bueno, luego de la contraseña conocida para entrar, el anfitrión me hace la siguiente propuesta con una cara cercana a la depravación:

“Lo invito a difrutar del elíxir mistico”

Ya por la cara que puso, me dio algo de temor aceptar la invitación, cosa que hice de la manera más respetuosa, y proponiendo dejar esto para después del partido. Dicho esto, y sentado cómodamente con una copa de vino, nos dispusimos a ver el match junto a otros contertulios que, por seguridad, dejaremos sus nombres en reserva.

Dejando de lado el resultado, el lance entre caturros y árabes ha sido a mi parecer uno de los más dinámicos y atractivos de los que han transcurrido en este campeonato para los árabes. Y digo esto por la intensidad que se vio durante los 115 minutos, con mucho pressing en la salida del rival, tanto para palestino como Santiago Wanderers. En este aspecto, sin duda que los verdes impusieron sus términos, quedando Palestino en un problema sin resolver en la salida a medida que pasaban los minutos, y reflejándose en el segundo tiempo. Con ello el caturro Schultz (según Carlos Medina, el jugador clave del local) fue el alimentador constante para los embates hacia su delantero Muñoz.

Tanto era la presión que, en una salida fuera del área, Marín toca el balón con el brazo y resulta expulsado tras doble amarilla, y dejando a nuestro equipo con 10 jugadores. Con ello la presión local fue mayor, y con una opción clara de gol al final del match que el travesaño se negó a permitir. 

Suerte del campeón dirán algunos, ya que por lo mostrado en el Elías Figueroa, a nadie hubiese extrañado que los puntos se hubiesen quedado en casa; más el punto obtenido por los árabes resulta ser de oro para la suma global pasado ya un tercio del campeonato. Nuevamente la presión efectiva del rival hizo merma en Palestino, al igual que lo sucedido en Santa Laura frente a la Unión Española. 

Se notó mucho la ausencia de Marcos Riquelme en el gramado porteño, su ida y vuelta marca diferencias y con El el equipo juega con 12. Esperemos que su lesión sea pasajera. Desafortunadamente, Bayron Saavedra fue superado por su banda, y Farías no resultó ser la salida brillante de otros partidos. A pesar de su expulsión, Luis Marín salvó varias pelotas resultantes de la deficiente coordinación defensiva del Tino Tino; mientras que en creación, César Cortés, Cisternas y Maturana siguen a un gran nivel. En delantera, Gutierrez se fue apagando a medida que pasaban los minutos; estimo que este es el momento de ver en acción a Rubén Farfán en ausencia del pájaro Riquelme, por lo bajo para dar la tranquilidad psicológica que tenemos buen recambio en la delantera.

Pero, en definitiva, un punto de oro sin duda alguna. 

Y bueno, para terminar la historia, el dueño de casa vuelve a arremeter con su “elixir místico”, lo cual ya no podía rechazar, sobretodo que la calidez de guarida no se puede negar, so pena de exilio. Acto seguido pone en frente de mí una copa pequeña con un líquido de franjas verde, transparente y rojo. “Menta, anís y cherry” pensé inocentemente, de modo que lo bebí de un sorbo. Pero luego de unos minutos, mi visión pasa a ser borrosa, las voces iban alejándose, y siento que el techo se abre para ver una luz enceguecedora, similar a la abducción extraterrestre. Luego, pasan frente a mi diversos personajes como el Tiburón Ramos, Emiliano Astorga, el payasito Alí, Melody Carreño, tío Bomba y el señor Barriga, apuntándome con el dedo y exclamando a coro: “Palestino o muerte, Palestino o muerte!”. Pero cuando el coro era ensordecedor, un silencio sepulcral se hace presente con la imagen iluminada de Pablo Guede que dice con voz serena “vos sabés tu destino, que el chakra del 4-3-3 te acompañe”. No se cuanto tiempo pasó de esta experiencia, pero lo concreto es que terminé botado en la acera de una calle de Talca, a 300 kilómetros de santiago y escuchando el canto de los gallos al amanecer. Y como todo estuviera planificado, aparece Jorge Elías, quien hacía sus ejercicios matinales habituales y me encuentra botado en la calle, pensando que era un vagabundo buscando comida.

“Pero Harold, que haces acá”
“¿Jorge? ¿Qué Pasó? no recuerdo nada, esto es irreal”… 

No hay comentarios:

Publicar un comentario