lunes, 2 de noviembre de 2015

Palestino 1 - Unión La Calera 1



Este fin de semana, Palestino quería removerse de los hombros la última seguidilla de derrotas frente a su público y así no dejar escapar los puesto de avanzada. Para ello, contaba al frente a Unión La Calera, un rival que en la previa y en el papel se presentaba abordable, con una dirección técnica como la de Miguel Rifo que en sus dos presentaciones anteriores no conocía de puntos cosechados.
No obstante, el comienzo del desarrollo del partido mostró a una Calera acosadora, dominante y a ratos incisiva, frente a un conjunto árabe que en esta oportunidad no mostró alguna variante Jodorowskiana en el arranque. Enzo Gutierrez retomaba la titularidad en delantera junto al goleador del campeonato, Marcos Riquelme. A medida que pasaban los minutos, las condiciones tetracolores se empezaban a imponer poco a poco en la cancha, a tal punto que el mediocampo funcionó en gran parte del primer tiempo de la manera a la que nos tiene acostumbrados desde hace tiempo.

1) Simplemente el Pájaro: Tendrá sus seguidores, sus detractores; se perderá goles increíbles y ensartará otros iguales de increíbles; lo concreto es que en esta temporada, el pájaro Riquelme está con el reloj de Ben 10 en su muñeca y goleador del actual campeonato, y eso se agradece. Si usted me pregunta “¿lo del gol fue chiripazo del pájaro?”, indudablemente que si, es más, le apuesto 4-1 que si hubiese hecho el centro correctamente, Enzo Gutiérrez no la hubiese embocado simplemente porque no está afinado. De modo que todo gol convertido es bien recibido, más aún que este a la larga hubiese sido el factor determinante entre un amargo empate y una dura derrota. Además, es uno de los pocos que la corre en los 90 minutos como si hubiese entrado recién a la cancha.

2) Zacarías v/s Pizarro: Fue un duelo particular el que se dio por la banda derecha de los cementeros (o la banda izquierda baisana). Jonathan Zacarías empezó muy bien imponiendo sus términos de quite y salida por su banda, pero a medida que pasaban los minutos, el mediocampo rojo empezó a funcionar, y gran mérito de ello fue el alza que tuvo Francisco Pizarro. Con buena triangulación entre su middlefield y delantera, la técnica del cementero finalmente se impuso y dio sus resultados, ya que fue por ese sector que se urdió la génesis del gol del empate de Unión La Calera.

3) Chester, el huérfano: En general no fue buen partido el de Cesar Cortés. Mientras estuvo el triángulo Aureo de Chester - Gato - Nico, Cesar tenía el soporte de los otros dos, no obstante su pases no funcionaban en la mayoría de los casos. A medida que pasaban los minutos y Pablo Guede desarmaba la creación, el Chester se quedó con la responsabilidad de armar jugadas en momento en que la angustia del empate imperaba y el cansancio del cuerpo dominaba. Personalmente no entendí la salida de César Valenzuela a inicios del segundo tiempo, siendo que la salida del Cortés estaba clara en esta oportunidad.

4) Lo que se viene: A la luz de los últimos resultados, lo que se viene para Palestino es recuperar las opciones de entrar a la liguilla de fin de año (actualmente estamos fuera de ella). Para ello, deberá ir al norte a enfrentar a Antofagasta, medirse en Santiago frente a Colo Colo, viajar al sur para jugar con Huachipato y rematar en La Cisterna frente a San Marcos de Arica. 12 puntos de los cuales son vitales cosechar al menos el 50% para tener real aspiraciones. Para ello, resaltan más que antes las palabras de Pablo Guede: “nuestro objetivo es el ganar el próximo partido, es la única forma de poder avanzar”. Obvio pero cierto. Concentración al máximo entonces chicos.

2 comentarios:

  1. Estadio regional de Antofagasta colmado hasta las banderas, liguilla de promoción de 1981, el equipo local derrota en el partido definitorio a Palestino por 1 a 0, 40 minutos del segundo tiempo. Con los ojos llenos de lágrimas, aferrado a la vieja radio a tubos, a mis trece años veía como el Tino se iba irremediablemente a los potreros. Teníamos que hacer dos goles para librar, y no quedaba nada..
    De repente, un gol del sudafricano Rodney Anley, un jugador cuya garra era inversamente proporcional a su habilidad con el balón, me volvió en algo el alma al cuerpo. Pero el partido casi terminaba, mientras la voz del relator anunciaba el último tiro libre para Palestino. Frente a la pelota, el uruguayo Alfredo Arias, el mismo que cuando hacía un gol solía besar la camiseta. El balón sobre la barrera, inflando la garganta del relator y las mallas de Antofagasta. Corrí como un loco, los brazos al viento, gritando nunca más…
    Pero el año 1982 dijo otra cosa. Y con el tiempo, el remate del uruguayo Arias se clavaría en el arco del Tino…

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